La plaza de Santa María se ha convertido esta mañana en un circuito de movilidad para que los jiennenses experimenten el día a día de personas con discapacidad visual o baja visión ante las barreras arquitectónicas de la capital. Un antifaz y un bastón han bastado para ponerse en la piel de las personas ciegas, en un circuito acotado con vallas y con pivotes como barreras.
La directora de la ONCE en Jaén, Marisa Garzón, ha explicado que la actividad se desarrolla con motivo de la celebración de la Semana del Grupo Social ONCE, bajo el lema ‘Contigo transformamos vidas’. La de este año es la sexta edición. “Con el circuito queremos que las personas se pongan en nuestra piel y experimenten cómo deambular por las calles sin ver o con poca visibilidad”, valoró. Y así ha sido.
Autoridades locales y provinciales como la edil de Juventud en funciones, Eva Funes; la delegada territorial de Inclusión Social, Ángela Hidalgo; y la vicepresidenta primera de la Diputación de Jaén en funciones, Francisca Medina; han realizado el circuito. “Es bueno la implicación de las administraciones”, espeta Garzón, a la vez que señala que Jaén es una “ciudad muy complicada para las personas con discapacidad visual y para quienes tienen otras discapacidades”.
Ha dicho: “Es una ciudad con muchas barreras arquitectónicas para toda la sociedad. Hay que luchar para que las ciudades sean accesibles para todos, no sólo para las personas con discapacidad. Jaén no es muy accesible, pero va mejorando poco a poco”.
En cuanto a la respuesta social de los jiennenses, Garzón asegura que no encuentran entre la población el civismo que necesitan. “Hay muchas incapacidades invisibles y así es más difícil que la sociedad te pueda echar una mano”, puntualiza.