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Jaén

El ‘suma y sigue’ de Suana por Jaén

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Era para habérseles enfrentado, para haberles escupido a la cara tantas sumisiones y tantos lloros por un jornal con que evitar el desahucio o con que sacar adelante al hijo enfermo. Un dornajo de gazpacho y un petate en la gañanía. Dios no podía querer lo que pasaba” (“Epitafio de un señorito”. Manuel Barrios. 1972).


Nada en lo sustancial ha cambiado en esta tierra en los últimos 40 años en la fisonomía y el reparto de la miseria. Señoritos y braceros, santones de cuello duro y costaleros descamisados. Siempre están abajo los mismos. Ninguna variación sustantiva, 85 años más tarde, otro ejemplo, con respecto a las sempiternas urgencias de nuestro sector oleícola (concentración de la oferta, comercialización, exportación, calidad…), como bien se encarga de recordar el rector de la UJA, Parras Rosa, promoviendo ahora la reedición facsímil de la obra ‘Organización cooperativa de la venta de los aceites españoles’, escrita por Antonio Gascón y Miramón en 1928. Gazpachos, sumisiones, jornales, desahucios, hijos enfermos, aceite de oliva en reinos de taifas, gañanes, petates y el convencimiento pleno, gracias a nuestra inalterable fe en María Santísima, de que Dios no podría jamás ser cómplice de esta náusea repetida.


Falta transparencia y sobran mentiras. Sobre esa base quimérica, su proyecto estrella de legislatura, catapulta programática hacia el estrellato de su nominación como candidata a la presidencia de la Junta, Susana Díaz, la delfín aventajada del griñanismo, visita hoy Jaén con la pretensión cierta de terminar de hacer los deberes en el seno de una agrupación provincial fuerte, trascendente y, de un tiempo a esta parte, aislada del resto del PSOE-A. Paco Reyes, en efecto, fue el único barón del socialismo andaluz que, superado el atragantamiento provocado por el inesperado anuncio de retirada de Griñán, mantuvo firme su frialdad/neutralidad a la hora de valorar las opciones como sustituta de la consejera de Presidencia y jefa del PSOE sevillano.
Pero este lunes, 8, parece preconcebido para que Susana luzca, y se luzca, de la Plaza de San Francisco a Ifeja. La sombra alargada de las imputaciones de la juez Alaya precipita los acontecimientos y fuerza la celebración de unas primarias confusas donde los tres candidatos postulados llevan el sello del oficialismo y, por lo tanto, abrazan idéntica fe en relanzar el proyecto a partir de unas elecciones internas que remuevan los cimientos de la autocomplacencia. Paco Reyes no se pronuncia, pese a que alguno de sus alumnos aventajados, Julio Millán, ya encabece la plataforma jienense de apoyo a Díaz. Junto al alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez, el twitero mayor del reino por más que el aval vía redes sociales siga sin ser válido para el aparato, la valdepeñera Marian Velasco, diputada provincial.


Las dificultades para reunir los 6780 avales podrían hacer, finalmente, que Rodríguez y Luis Planas fundiesen sus propuestas en una. Ninguna contingencia para la favorita. Ungida, predestinada, Susana Díaz, la hija del fontanero que estudió gracias a las becas de Felipe, se siente con fuerzas para capear el temporal y liderar la remontada. De entrada, no tendrá al PSOE de Jaén enfrente. Un significativo avance. O, visto desde aquí, una manera inteligente de nadar y guardar la ropa.

Ascensos y descensos

EREs. La juez Alaya sospecha que el despacho profesional de Carlos Leal, de Villasís y asociados, blanqueaba las sobrecomisiones que el conseguidor Juan Lanzas recaudaba a diestro y siniestro. Leal, tras pasar por el trullo, después de pagar una fianza de más de un cuarto de millón de euros, se despachaba a gusto contando que Gaspar Zarrías, entonces consejero de Presidencia, se interesó reiteradamente ante el director general de Trabajo, Francisco Javier Guerrero, sobre la viabilidad de la póliza que sacaría del atolladero a la plantilla de la antigua Hijos de Andrés Molina, luego Primayor, antes de surgir la funesta alternativa Dhul de Nueva Rumasa. Los enemigos de Zarrías, que lo son a la vez de la civilización sociata dominante en Jaén desde hace casi 20 años, se frotan primero los ojos y luego las manos. ¿Caerá la breva?
2ª A. Celebración del ascenso del Real Jaén en la Plaza de Santa María. Testigos presenciales certifican los cánticos extemporáneos de un sector minoritario del populacho contra el Alcalde De Moya, que compartía laureles  junto a jugadores, técnicos y directivos. ¡¡¡Que se calle, que se tire por el balcón…!!! Menos mal que la realización de Onda Jaén, en un santiamén, logró eliminar toda procacidad del sonido ambiente.

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