Este año sí pudo ser. El buen tiempo y un sol de justicia acompañaba ayer el recorrido de la Hermandad de la Piedad y la Estrella, que se unía a su barrio, el de la Alcantarilla, después de dos años de espera, ya que el año pasado fue el granizo el que aguó la ilusión de los 950 cofrades y los cientos de fieles que esperaban su salida.


Poco después de las cinco y media de la tarde, ante una plaza llena de gente donde sólo faltaban los abanicos, hacía su aparición el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su Sagrada Presentación al Pueblo. Una imagen anónima del siglo XVII, acompañada por su agrupación musical y que abandonaba la plaza de la Purísima entre una lluvia de pétalos de flores.


Unos veinte minutos después salía por el portón de su Casa de Hermandad el paso de palio de María Santísima de la Estrella, obra de Domingo Sánchez Mesa, de 1956, acompañada por los sones de la Banda de Música de El Carpio (Córdoba) y mecida por sus costaleros. Con las dos imágenes ya en la calle la Virgen de la Estrella se adentró entre pétalos de flores en las callejuelas del barrio: Pilar de la Imprenta, Ejido de la Alcantarilla, Reja de la Capilla, Bernabé Soriano, son algunos de los lugares recorridos antes de que, con la noche ya echada encima, pasara por la Plaza de Santa María.


Un Domingo de Ramos expléndido en el que la hermandad pudo lucir las nuevas túnicas de los hermanos de luz. Y se pudieron apreciar detalles como el ramillete de espigas que se deposita a los pies de Nuestro Padre Jesús de la Piedad, simbolizando el acompañamiento de las Madres Dominicas o el relicario de Santo Domingo de Guzmán que porta en su mano izquierda la imagen de María Santísima de la Estrella.


Día grande para el hermano mayor de este año, José Antonio Carmona Aguilar, y para toda La Alcantarilla que ayer se resarcía de la desilusión de 2013.