El perfil de la persona usuaria del Servicio de Ayuda a Domicilio es el de una mujer con dependencia severa y una media de 81 años de edad, que ha trabajado en agricultura y/o ganadería, tiene una pensión contributiva y puede leer y escribir.
Así se desprende del estudio ‘Perfil de la persona usuaria del servicio de ayuda a domicilio: una mirada desde la vulnerabilidad y la fragilidad’, realizado por Macrosad y avalado por la Fundación Ageing Lab e investigadores de la Universidad de Jaén (UJA).
El administrador de Macrosad, Andrés Rodríguez, ha sido el encargado de presentar el estudio con un panel de expertos de diferentes administraciones y profesionales de los medios de comunicación, y reivindicó el papel del empleo blanco, vinculado a la prestación de servicios sociales, puesto que “hace economías más sólidas” a la vez que resuelve “problemas de la ciudadanía”, sobretodo desde la atención a personas mayores o con alguna dependencia. Todo ello ante un escenario actual de esta actividad que “no es aparentemente adecuado” ya que en España “sólo cinco de cada 100 personas están vinculadas al sector”.
El administrador de Macrosad valoró el “avance” que supone en Andalucía el Anteproyecto de Ley para los Servicios Sociales y más “en un momento tan complejo” como el actual.
La presentación de este estudio fue el eje sobre el que giró el acto del 20º Aniversario de la cooperativa Macrosad y es el resultado de una muestra para una población de 2.925 usuarios que gestiona la cooperativa en las provincias de Jaén y Sevilla.
El objetivo ha sido poner en valor lo que está ocurriendo en el hogar desde el prisma de la fragilidad y la vulnerabilidad e intentar, con expertos que puedan construir un paradigma distinto de la intervención, su mejora al menos desde la óptica de la cooperativa como proveedora de servicios.
El estudio desprende que el usuario dispone de apoyo familiar por hijos y cuidador principal a tiempo parcial, convive en pareja y sólo rota de domicilio en un 17% de los casos. Entre las patologías y necesidades más frecuentes por las que necesitan apoyo, sobresalen la hipertensión, diabetes, artrosis, alzheimer, depresión mayor, encamados y soledad.
El 33% de usuarios sufre caídas porque su hogar no está adaptado aunque requieren apoyo para la movilidad.