Vuelven las peleas entre Junta y Ayuntamiento por las subsanaciones que restan del Plan General de Ordenación Urbana
Cuando todo parecía que estaba resuelto, cuando la ilusión de que la ciudad comenzaría, más tarde que pronto, a comprobar si el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), el ya famoso Plan Márquez, traería algunos de los beneficios que el equipo de gobierno del PP durante el anterior mandato predicaba en el desierto inversor de la capital, la salida del terreno de juego del delegado de Obras Públicas, Rafael Valdivielso, en sintonía con el edil de Urbanismo, Javier Márquez, ha devuelto a la ciudad el viejo enfrentamiento entre PP y PSOE, entre Consistorio y Junta, ahora con las subsanaciones pendientes del documento, algunas de las cuales afectan a la llegada de Alvores y el centro comercial ‘Jaén Plaza’, parecían estar encauzadas. De nuevo los reproches urbanísticos se instalan en lo cotidiano, que tanto hartazgo provoca en los ciudadanos. Las eternas disputas y la falta de soluciones aburren tanto como crispan. Está condenado este Jaén, parece ser, para los restos, a que el ego de los políticos acribille el futuro inmediato y a medio plazo de crecimiento de una capital encorsetada, que no es capaz de entender el folletín decimonónico del PGOU. Tiempo baldío el de las acusaciones entre administraciones; tiempo que se pierde en sacar adelante un documento, que mejor o peor, urge desde hace más de un lustro en la ciudad.