El parque de La Alameda de Adolfo Suárez mantiene en vilo a los vecinos, hosteleros y comerciantes de la zona, que reclaman un ritmo continuo en las obras, que se están “eternizando”.
Desde que en el verano de 2014 comenzaran y se anunciara la ejecución de las mismas en un plazo de siete meses, las fechas se han ido sucediendo y la última anunciada por el edil de Urbanismo, Javier Márquez, es el próximo mes de agosto. Pero la realidad es que en el parque queda mucho trabajo por hacer y vecinos y operarios se muestran incrédulos ante la fecha de finalización anunciada.
Así lo han reconocido a VIVA JAÉN los operarios de la UTE Fecada S.L - Ucop. “Para que el parque esté terminado en agosto hay que correr demasiado. No dará tiempo”, confirmaron los trabajadores. Precisamente ayer el ritmo de las obras en el parque fue ágil, pasando de una zona con materiales acumulados y máquinas paradas, a un parque donde el trabajo de los operarios fue el que cualquier actuación de esta envergadura requiere.
Trabajaban sobre el sistema eléctrico para el funcionamiento del alumbrado y las fuentes, y en la preparación del material para la colocación de la pavimentación, además de la limpieza de la zona.
Sin embargo no es así todos los días. Los vecinos reclaman que los trabajos no sean discontinuos. Y es que hay días en los que sólo funciona una máquina o sólo hay un operario vigilando.
Una de las principales quejas de vecinos, hosteleros y comerciantes es que “se ha actuado a la vez sobre todo el parque”, manteniendo cerrado los accesos peatonales y perjudicando la comodidad de los vecinos y los negocios de los empresarios.
Los accesos permanecen cerrados de lunes a viernes. Sólo se abren en fin de semana, por lo que mientras que se están realizando trabajos en la zona, los rodeos para acceder a negocios de la zona son la principal molestia. De hecho, hay quienes se saltan las medidas de seguridad y mueven las vallas que cercan la obra para evitar dar vueltas.
Las personas mayores lo hacen porque son los principales afectados de la falta de accesibilidad. “Han levantado todo el parque, en lugar de ir trabajando por zonas. Los accesos a los peatones sólo se abren en fin de semana y eso perjudica a los negocios”, reconoce Javier Rodríguez, del establecimiento hostelero 'Quinto Toro', abierto desde mayo de este año y que está notando las consecuencias de la obra del parque. “Las obras están causando muchas molestias”, termina Rodríguez.
En la misma línea, Luis Barranco, de Campingmanía (Adarves Bajos), reconoce que “las obras se están eternizando” y que los operarios “no trabajan de forma continua”. Vecinos como Francisco Antonio Quesada reconocieron que “las obras están siendo muy molestas” y se mostró “descontento” por el cambio de vegetación en los alrededores de la plaza de toros, donde se han plantado “árboles pequeños y endebles”.
El cuidado de la vegetación de la zona es otro de los aspectos que indigna a los vecinos, que han denunciado que hace días se volvió a caer un árbol por las altas temperaturas. Ante estos hechos, el presidente provincial del Grupo de Ecología Activa 'GEA', Manuel Ruiz, reconoce que las obras van “tan lentas” que están produciendo un “deterioro en la vegetación que la mantiene debilitada y por lo tanto más sensible a las adversidades ambientales”.
En el último pleno municipal se aprobó una operación de crédito a corto plazo por importe de 1,5 millones de euros para poder continuar con las obras del parque de La Alameda de Adolfo Suárez. Empresarios y vecinos esperan que la fluidez del pago a la empresa por el Ayuntamiento permita que los trabajos no paren, aunque vaticinan que “hasta otoño” y si el ritmo no cesa, no estarán las obras concluidas.
