Tercera derrota consecutiva de los blancos que desanima, pero que debe tomarse con cautela, ya que hace falta proyecto a medio plazo
El Real Jaén perdió ayer su tercer partido consecutivo, en esta ocasión, nuevamente, en casa, en el estadio de La Victoria, colocándose en mitad de la tabla, en el séptimo puesto, y mirando ya de lejos al ‘play off’. A nueve puntos del cuarto clasificado, que es el Cádiz, se le complica mucho estar entre los afortunados a jugar la liguilla de ascenso y debe, además, no dejar de mirar hacia los puestos postreros para evitar sustos de última hora. Ante estos resultados, los pocos aficionados que presenciaron ayer el encuentro, miraron al palco y pidieron la dimisión del presidente, Rafael Teruel, al que si lo económico no le sonreía (el Ayuntamiento le pide 1’3 millones de euros), lo deportivo se le está poniendo también cuesta arriba. En cualquier caso, el trabajo realizado por Gonzalo Arconada al frente del equipo no ha sido malo, a pesar de los últimos resultados. Hombre y entrenador sensato, precisaría tiempo para volver a armar un grupo que aspirara al ascenso y a devolver la ilusión de la afición jienense. Queda mucha liga aún y puede pasar cualquier cosa, pero la planificación que se haga, tanto de lo deportivo, como de lo económico, debe ser a medio y largo plazo. El resto, sería precipitar al equipo a un fracaso anunciado.