No vuelve la Semana Santa porque nunca se ha ido. Retornan las procesiones. Regresan los palcos y las bullas. Y también la música, las túnicas, los antifaces, los olores a incienso, las velas derretidas, las penitencias y los pavitos, los silencios y las saetas, las luces apagadas y los izquierdazos, los pasos, las molías y los costales, los prestes y las presidencias y Cristo y su Madre presidiéndolo todo, evangelizando como lo hizo hace 2022 años cuando el Verbo se hizo Carne y habito entre nosotros para morir en la Cruz y resucitar entre los muertos.
Eso es lo trascendente que vamos a vivir. La Pasión, Muerte y Resurrección. La Fe hecha testimonio en las calles, el Amor a Jesús y a Maria independientemente de que haya más o menos penitentes, que ya es hora de decir los nombres como siempre los hemos dicho en Jerez, que aquí siempre ha habido penitentes y no nazarenos, como no han existido carruseles y sí cacharritos y no se ha vivido la Madrugada y sí la Noche de Jesús como tan extraordinariamente reivindicase el pregonero.
En los católicos y en los cofrades debe primar la calidad por encima de la cantidad porque me temo que llegan tiempos rudos y tenemos que estar preparados y, por ello, en lo espiritual debe ser la Semana Santa de la Esperanza de que tiempos mejores, sin pandemia, sin guerras, con una humanidad más cercana a Cristo y recuperando esa falta de valores que acusamos, han de venir y por lo que respecta al orden meramente procesional entiendo que estamos en un año de transición porque se continúa insistiendo en el Sábado Santo, porque hay hermandades de nuevo cuño que buscan ubicarse en otros días e incluso algunas que ya han cambiado y que no pondrían pegas a nuevas alteraciones.
Todo ello sin tocar una Carrera Oficial que si los hermanos mayores no lo piden no se va a cambiar y sin obviar que alguna Agrupación Parroquial se convierta en Hermandad o que La Entrega, por fin, haga estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral o que ese guiño de Pablo Baena a la Sacramental de Santiago signifique, más pronto que tarde, algo más.