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  • Añón entró por Laencina y fue de los mejores de su equipo.
Ud Los Barrios     2    - UD LOS PALACIOS    0
El fútbol tiene estas cosas. En un partido donde los dos equipos están bien plantados, que no saben rentabilizar sus ocasiones, donde las defensas van por delante de los atacantes, suele acabar en empate pero en caso de que uno de los dos contendientes sume los tres puntos la victoria se suele fraguar por detalles o errores.
Esto fue lo que sucedió ayer en el San Rafael de Los Barrios. Unión y Los Palacios jugaron un partido aceptable pero donde ninguno de los dos contendientes pasaba por encima del rival con gran claridad. Los locales ganaron sí, pero los dos tantos llegaron en acciones aisladas aunque la suerte, se dice, hay que buscarla, y fueron los de Jaime Molina los que más la persiguieron.
Los gualdiverdes salieron con un equipo con algunas caras nuevas. Algunos de los que se quedaron fuera pagaron los platos rotos del 3-0 de Ayamonte. Otros, simplemente, rotaron de cara al choque del miércoles ante el Cádiz B.
De hecho, los palaciegos pudieron haberse adelantado antes del primer minuto cuando tras un error en el despeje, Melquiades, solo, mandó su volea a las manos de Vilches.
Tras el susto, el cuadro gualdiverde fue tomando poco a poco el dominio del balón pero en ningún momento creando un peligro como para levantar al público de sus asientos.
Para colmo, Edu Laencina, que salía de inicio por primera vez y estaba siendo de los más activos, cayó mal en una entrada y tuvo que retirarse aquejado de un problema en el hombro derecho (al final fue una leve luxación).
Lo más que sacó de su dominio el conjunto local fue un más que posible penalti sobre Unai Luluaga que no fue señalado por el trencilla malagueño.
Los Palacios lo intentaba pero salvo con algunos balones colgados el meta barreño apenas sí tuvo trabajo.
Tras el descanso, el juego de nuevo estuvo dando bandazos sin tener un dominador claro aunque el primer en poner cerco a la meta rival fue el plantel palaciego. En el 49’, un voleón de Juan Jesús casi sin dejar caer el balón, mandó éste al palo y saliendo el rechace en paralelo por la línea de gol.
En el 53’, Miguel Ángel lanzó una falta parando raso Vilches; y uno más tarde, de nuevo Juan Jesús hizo sudar al cancerbero de casa.
La primera llegada de los de Jaime Molina fue en el 55’, con un zapatazo de Añón, raso, que atrapó Nacho.
Curiosamente, cuando la Unión empezaba a tomar el pulso a los segundos 45 minutos (hasta este momento el centro del campo gualdiverde apenas sí tocaba el balón, a excepción de las alas, Navarrete y Añón) pudo llegar el 0-1 en dos acciones. Primero en el 59’ en un testarazo de Camero -tras un córner- que se fue por muy poco . En el 64’, también tras un saque de esquina directo que se comió Vilches, fue Javi Sánchez el que, providencial, sacó de cabeza debajo del larguero.
Y suele pasar. Tres más tarde el marcador ya reflejaba el 1-0 tras aprovechar Mata un balón suelto dentro del área sevillana para fusilar a un ya batido Nacho.
El tanto dio tranquilidad a los de la Villa, que desde ese momento jugaron con menos presión y en la siguiente llegada con peligro hicieron el 2-0... casi sin querer. Añón centró desde la derecha, fuerte, y Nacho, tirándose el suelo, despejó de puños con la mala fortuna para él de que el balón, rechazado con gran velocidad, impactó en Iván Moreno y el balón se alojó en la red: 2-0.
Ya con el pescado vendido, Los Palacios tuvo sus arrestos para llegar un par de veces arriba (Godino, solo, tiró fuera un centro de Melquiades en el 79’) pero la Unión bien pudo haber el tercero en un zapatazo de Añón (que se lo merecía) y que Nacho despejó con una gran parada dando muestras de unos grandes reflejos (82’).

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