La Policía Nacional ha implementado este año en Jerez un nuevo procedimiento en la lucha contra la violencia machista denominado “protocolo cero”, que
permite abrir diligencias ante la posible existencia de un caso sin necesidad de que se haya presentado una denuncia.
“Antes, para abrir diligencias necesitábamos la denuncia de la perjudicada o de alguien de su entorno. Con este protocolo, si alguien ve algo en la vía pública que le delata sospechas, o entiende que la vecina de al lado está sufriendo maltrato, puede comunicarlo y una patrulla acude a comprobarlo. A partir de ahí, si persiste la sospecha se da traslado a la fiscalía y al juzgado, que lo estudia y da las órdenes de si hay que actuar si ven indicios de alguna violencia de género”,
según relataba en el espacio El templete, de 7 TV Jerez, Adrián Domínguez, delegado de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Jerez.
“Recibimos muchas informaciones de vecinos que canalizamos, aunque no haya denuncia, y se abren diligencias con este protocolo cero y con los compañeros de VioGén de la unidad Ufam de Jerez”, expone Domínguez, quien, en cualquier caso, precisa que lo “recomendable es denunciar”.
A este respecto, y aunque no puede facilitar las cifras correspondientes, sí confirma que,
en lo que llevamos de año, se ha incrementado el número de denuncias y diligencias abiertas por violencia machista, así como el número de mujeres protegidas en la ciudad. “Es un número elevado”, hasta el punto de que “hemos sido la Comisaría de España con más mujeres protegidas en todo el territorio nacional”.
En este sentido, resalta la labor policial desarrollada en Jerez a la hora de atender todas las denuncias que llegan hasta la Comisaría, ya que “
no sólo adoptamos medidas policiales si vemos indicios de que el delito existe, ni nos limitamos a ofrecerles recursos para su protección, como acceder a casas de acogida, sino que se hace un seguimiento y protección integral a cada víctima”. Para ello, la Policía Nacional cuenta en Jerez con un grupo de agentes que tienen asignadas a varias víctimas, “a las que visitan y entrevistan, e incluso las acompañan a hacer la compra en casos de más riesgo”.
Con respecto a las denuncias presentadas en lo que va de año,
incide en el incremento del número de menores que han sido detenidos y puestos a disposición de Fiscalía de Menores, para que el juez y el fiscal adopten las medidas de reforma, “porque el objetivo es reinsertarlos en la sociedad”. Habla de un repunte de chicos jóvenes de entre 14 y 16 años con comportamientos machistas, lo que le lleva a preguntarse “qué valores reciben del material audiovisual o música que consumen, o qué valores les trasladan en el ámbito familiar” para que terminen siendo detenidos.
Frente a esta nueva realidad, el equipo de Participación Ciudadana de la Policía Nacional acude a los institutos a dar charlas y, especialmente, para
hacer llegar a las chicas menores de edad “que control no es amor”, ya que hablamos de chicas “que ya han pasado por alguna situación así, y les tenemos que hacer ver que eso no es amor. Ellas han asumido que quererte es tenerte con la bota encima del cuello”, y buena parte de esa situación proviene de lo que “consumen en internet”. “Estamos cansados de verlos, casos de chicos muy agresivos con ellas y ellas sumisas confundiendo el amor con el control. Hay que romper esos preceptos y arquetipos”, insiste Domínguez, que inciden igualmente en la educación en el ámbito familiar.
Un niño de 10 años con móvil “es una barbaridad”
“
Es más peligroso darle un móvil a un niño de 10 años que dejarle en cualquier sitio abandonado de la vía pública. Un niño con un móvil a esa edad es una barbaridad”. Así de contundente se expresa Adrián Domínguez, quien advierte de que “los padres y madres no deben dejar a sus hijos de 10 años con un teléfono móvil que tiene acceso directo a internet, porque la pornografía ya no es lo de menos, e influye mucho en los conceptos que chicos y chicas puedan tener de en lo que consiste una relación entre hombre y mujer, desde un punto de vista retorcido y no real”. Incluso entre chicos de 14 a 18 años, recomienda integrar el control parental al móvil.