Mari Ángeles Muñoz y Alejandro Benítez, un matrimonio joven jerezano que vive en Shanghái (China) por motivos de trabajo, tenían previsto ir a la fiesta de Año Nuevo de la plaza Chen Yi, en el emblemático y turístico malecón del Bund, frente al río Huangpu. Fue allí donde se desató la tragedia después de que al menos 36 personas murieran aplastadas y otras 48 resultaran heridas, 14 de ellas de gravedad, tras el lanzamiento de billetes falsos desde uno de los edificios cuando faltaba media hora para que terminara el año (17.30 hora peninsular española).
Afortunadamente ninguno de los dos les dio tiempo a ir. A Mari Ángeles, porque el restaurante español donde trabaja estaba a tope, y a su marido, que trabaja como venenciador, le pilló un atasco en el taxi y ni siquiera pudo tomarse las uvas. Ella sí, lo hizo con un grupo de españoles en el local gracias al DJ, que conectó por internet con España para ver las campanadas y pudieron celebrar la entrada del nuevo año en el horario español. Otros compañeros suyos sí fueron a esa fiesta, pero ni siquiera se enteraron del suceso en el momento.
“Había más tres millones de personas y con tanta gente es normal que no te enteres. Ellos no se enteraron de nada. A mi no dio tiempo a llegar”, explica la joven, cuyo restaurante está justo al lado del lugar donde se produjo el suceso, una zona eminentemente turística y “la más famosa de Shanghái”, aclara.
Y es que, aunque en China se celebra año nuevo en febrero, también se han adaptado al calendario español y, además, del 1 al 3 de enero es fiesta nacional, apunta. Sin embargo, como lamenta esta paisana, con estas circunstancias no desaparece la nostalgia que supone celebrar estas fiestas alejados de sus familiares. “Aquí las navidades son diferentes, se pierde un poco el espíritu”. Ahora cuentan los días para poder reencontrarse con sus seres queridos en Jerez. De momento no tienen fecha. Ojala sea muy pronto.
