El último atropello mortal que sufrió una vecina de la calle Velázquez en el paso de peatones de la Plaza de las Marinas, entre el edificio de Hacienda y el lateral de los juzgados, ha reabierto estos días el debate sobre el mal estado de estas señalizaciones horizontales donde los viandantes tienen preferencia, bien sea por la falta de señalización, su mala ubicación o porque la pintura esté tan desgastada que apenas se distinga del asfalto.


Mientras la Policía Local investiga las causas de este trágico siniestro en el que perdió la vida una mujer de 68 años que fue arrollada por un monovolumen mientras cruzaba con su nieta de cuatro años, que resultó ilesa, los vecinos de la zona se preguntan indignados cuántas desgracias más tienen que ocurrir para que  el Ayuntamiento tome medidas y ponga remedio a esta situación.  “Este paso de peatones está fatal y tarde o temprano esto tenía que volver a suceder. Hace unos años también murió en iguales condiciones un vecino nuestro y no pusieron ninguna solución”, se quejaban residentes del bloque de enfrente del lugar del suceso, que se alarmaron cuando vieron a las ambulancias y a la Policía congregada en la zona. “Todo sigue igual y por este punto los coches van muy rápido y el paso de peatones está fatal señalizado y demasiado cerca del cruce. Pobre mujer”, lamentaban.


Elevar el paso de peatones o colocar badenes en la zona son algunas de las propuestas que hacen en el barrio para evitar que se produzca una tercera desgracia, sin contar con los atropellos sin víctimas mortales que acumula este espacio.
La conmoción que ha causado en la ciudad este siniestro, por las circunstancias en las que se produjo, y el trágico desenlace para la abuela de la pequeña, que falleció en el acto y quedó atrapada en los bajos del monovolumen, se ha traducido además de en mensajes de condolencias, en un aluvión de críticas al Ayuntamiento no solo por este paso de peatones sino por otros tantos repartidos por el casco urbano en idénticas o peores circunstancias. Es el caso del paso de cebra de la calle Manuel de la Quintana esquina con calle Santo Domingo, que “está sin señalizar y sin pintar desde hace 10 años”; ¿Qué tiene que ocurrir una desgracia como en la Plaza de las Marinas en la que ha fallecido una señora para que lo señalicen?”, denunciaba indignada una vecina en las redes sociales.

Las miradas también se dirigen a la calle Porvera, en pleno centro.  “Hay tres pasos de peatones con la pintura tan gastada que no se ve absolutamente nada. Tienes que ir mirando si hay gente esperando para saber donde están. Un día va a pasar algo.También ocurre en la avenida Voltaire, donde no se ven ya ni los carriles”, se quejaba otra señora.24 horas después de esta desgracia, otra mujer resultaba herida de gravedad tras ser atropellada en la avenida Caballero Bonald a última hora de la tarde. Fue arrollada por un turismo cuando cruzaba por el paso de peatones.


  ¿Qué está pasando?Es la pregunta que se hacen muchos estos días, mientras se reclaman actuaciones y campañas dirigidas tanto a los conductores como a los propios peatones a la hora de extremar las precauciones cuando se dispongan a cruzar aunque tengan preferencia, mientras se reclama también al Consistorio que adopte medidas en aquellos pasos de cebras conflictivos que puedan convertirse en un punto negro para la circulación de turismos y transeúntes, como es este caso concreto del de la Plaza de las Marinas.


“Hay mucha gente que no se lo espera y otra que prefiere dar un rodeo con tal de evitar pasar por ahí porque los coches suelen venir muy rápidos tanto de Tomás García Figueras como de los Marianistas y León de Carranza”, explica otra vecina de esta zona.

El heroico gesto de Fernanda por su nieta

El 092 maneja varias hipótesis sobre las causas del atropello mortal del pasado jueves por la tarde en la Plaza de las Marinas y no se descarta que el accidente ocurriera por un despiste de la conductora del monovolumen, que llevaba en el coche a dos niños pequeños, según las fuentes policiales consultadas. Estas mismas fuentes rechazan que el impacto se produjera por la alta velocidad. Otra hipótesis que también apuntaría a la posibilidad de que la niña se hubiera soltado de la mano de su abuela, y ella corriera tras ella impidiendo que fuera atropellada, un gesto heroico que le honra y del que todos hablan estos días.

2015 había finalizado sin víctimas mortales

Justamente el pasado martes, dos días antes de este fatídico suceso, la Policía Local de Jerez presentaba a los representantes de la Mesa de Movilidad que integran colectivos vecinales, comerciales y otras organizaciones de la ciudad,    el informe de movilidad, siniestralidad y tráfico referente a 2015. Un estudio del que lo más destacable con respecto al pasado ejercicio era el hecho de que durante todo 2015 no se hubieran registrado víctimas mortales en el término municipal de Jerez en accidentes de tráfico. Desgraciadamente febrero se ha encargado de romper la tendencia tras el atropello mortal del pasado jueves tras un 2014 complicado.

La Policía Local tuvo que lidiar con la falta de medios en una situación limite

Desde el Sindicato Independiente de la Policía Local (SIP) han detallado en un comunicado cómo la tarde del pasado jueves tras el grave accidente al que luego se sumaron otros dos sucesos también importantes, “acabó tornándose en una clara demostración de cómo se solucionan graves situaciones con los insuficientes recursos disponibles ya que a las 17.25 horas, tras el fatídico accidente de circulación, se personó una sola unidad para hacerse cargo de la situación”. Esta misma unidad,  explica el SIP, solicitó l apoyo de otras para realizar labores de corte y desvío de circulación para proteger la zona, facilitar acceso a ambulancias y vehículos de bomberos, atender a familiares en esos amargos momentos, toma de datos y diversas pruebas y mediciones, y así un largo etcétera.


  Sin embargo, tal y como  advierten desde el SIP, dicho apoyo en primera instancia, dado que sólo se disponía de dos radiopatrullas más, así como de dos parejas de motoristas que realizaban labores de tráfico por la zona centro, fue prestado por una unidad peatonal que, haciendo uso de su “vehículo particular”, y “poniendo en riesgo la integridad de los dos policías que lo ocupaban, llegó al lugar con la máxima celeridad sorteando todos los obstáculos encontrados a su paso como un vehículo policial cualquiera, hasta poder dar el apoyo requerido a la unidad actuante hasta la llegada de la unidad de atestados”