La plaza Esteve se convirtió en el epicentro de la jornada de clausura
La tarde del Viernes Santo deparó una de las estampas que marcarán a la semana que acaba de finalizar, ya que la Hermandad de la Expiración procesionó de modo extraordinario desde la iglesia de San Francisco al encontrarse en obras la ermita de San Telmo. Fue por tanto una jornada atípica, ya que resulta difícil de entender un Viernes Santo sin el Cristo de la Expiración recorriendo las calles de su barrio.
La Hermandad de las Viñas fue la primera en echarse a la calle, presentando la finalización del trabajo de dorado de su paso de misterio. Loreto impregnó de clasicismo las calles por las que pasó, sobresaliendo el regreso a su templo. La Soledad no sufrió este año ningún tipo de percance y pudo lucir en plenitud y La Piedad cerró la jornada y prácticamente la Semana Santa.