La situación de bloqueo en la que se encuentra el proceso de negociación del convenio colectivo del sector vitivinícola parece abocar de manera definitiva a la convocatoria de una huelga. La decisión se adoptará en una asamblea general que se celebrará estos días -presumiblemente en la tarde del jueves- y supondrá un paso más en las acciones de protesta que los trabajadores vienen llevando a cabo desde la pasada semana.
La última de las concentraciones tuvo lugar ayer lunes a las puertas del complejo bodeguero del grupo Estévez. Para mañana miércoles se ha convocado una nueva concentración en Williams & Humbert y este viernes las protestas se trasladarán a González Byass.
Inmaculada Castro, de la comisión negociadora, se mostró ayer satisfecha con la respuesta que están teniendo estas movilizaciones, lo que pone de manifiesto que los trabajadores del sector “no están dispuestos a seguir perdiendo poder adquisitivo” renunciando a derechos que tenían ya recogidos en anteriores convenios.
En vista de que la patronal bodeguera no termina de mover ficha, los sindicatos entienden que ha llegado el momento de “empezar a plantear medidas de presión más contundentes”, y precisamente en ese contexto se enmarcaría una posible convocatoria de huelga en el sector. “La gente está calentita, así que si nos tenemos que poner en huelga, nos pondremos”, advirtió Castro.
El último encuentro entre las partes no aportó grandes novedades, ya que según los representantes de los trabajadores la patronal no está dispuesta a mantener el concepto de antigüedad, sustituyéndolo por otro de carácter variable que no satisface al personal. “La cosa está complicada, porque los trabajadores no están dispuestos a perder poder adquisitivo”, añadió la representante sindical, que espera que la patronal muestre mayor flexibilidad.
