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Ingresados en el hospital, pero sin perder contacto con las aulas

La Junta facilita que cerca de 3.500 menores ingresados en la provincia sigan sus clases en aulas hospitalarias, entre ellas las del hospital de Jerez

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Las nueve aulas de los cinco hospitales públicos infantil y juvenil de la provincia de Cádiz posibilitan que cerca de 3.500 menores ingresados en los centros sanitarios continúen sus clases. El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, Juan Luis Belizón, acompañado de los delegados territoriales de Educación, Remedios Palma, y de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Manuel Herrera, ha visitado hoy una de esas aulas, concretamente la situada en el Hospital de Jerez.

El Aula Hospitalaria de Jerez, está situada en la segunda planta del Hospital Materno Infantil. Cuenta con dos espacios unidos, que son por un lado sala 1 dedicada a Escuela y biblioteca de unos 19 metros cuadrados y por otro la sala 2 anexa que es utilizada para Recursos informáticos y Sala de juegos. Esta tiene unos 25 metros cuadrados.

Durante la Jornada de Mañana se utiliza la Sala 1 como Escuela y la parte correspondiente de Informática de la Sala 2. El resto es utilizadO como zona de juego libre para los más pequeños, en la que entran los niños acompañados por los padres.

Durante el curso pasado pasaron por su aula 902 alumnos (492 niños y 410 niñas), de los cuales 330 eran de Infantil, 269 de Primaria, y 303 de Secundaria,

689 realizaron una estancia corta, 184 estancia media y 29 alumnos estancia larga. Además, el alumnado que recibe el alta hospitalaria que sigue con su tratamiento médico, puede ser alumnado destinatario de atención domiciliaria si su enfermedad o convalecencia le impide asistir al centro. 

Los delegados han destacado que el trabajo desarrollado por los docentes en este tipo de aulas tiene como objetivo que los niños y niñas ingresados de 3 a 16 años continúen su formación, de manera que una vez que sean dados de alta del hospital puedan seguir las clases en sus colegios sin ningún tipo de problema. “Estas aulas se hacen especialmente necesarias para los casos en los que los niños deben pasar mucho tiempo ingresados, aunque atienden a todos los menores que han estado hospitalizados. Para que no haya desfase en su aprendizaje, se establece una estrecha coordinación entre los profesores hospitalarios y los del centro escolar del niño, de modo que las clases del aula hospitalaria puedan ajustarse al ritmo que llevan los compañeros de clase del menor ingresado”, han resaltado.

También son fundamentales los intercambios de información entre el personal médico de Pediatría que trata a los menores y el profesorado del aula para la mejora el diagnóstico clínico. Hay que recordar que el horario y la asistencia a estas aulas se determina por la flexibilidad y la adaptabilidad a las condiciones particulares de la hospitalización como la movilidad, el aislamiento, la presencia de fiebre, la realización de exploraciones o pruebas diagnósticas hospitalarias, el lugar de hospitalización, los tratamientos, etc.

Las aulas hospitalarias se ubican en las áreas de Pediatría de los distintos centros de la provincia y permanecen abiertas durante la mañana, de lunes a viernes, a lo largo del curso escolar. Además de las aulas hospitalarias, entre las que se encuentran dos de la Unidad de Salud Mental Infantil y Juvenil, cabe destacar el profesorado de atención domiciliaria, encargados de realizar el seguimiento escolar a aquellos niños y niñas que no pueden asistir a clase. En total son 5 profesores.

Durante los fines de semana y los periodos no lectivos, como las vacaciones de Navidad, Semana Santa o la época estival, suelen acoger además actividades desarrolladas por voluntarios de distintas organizaciones.

La puesta en marcha de estos espacios está regulada por un acuerdo de colaboración entre las consejerías de Igualdad, Salud y Políticas Sociales y de Educación que permite su habilitación para atender las necesidades educativas de los pequeños hospitalizados y facilitar el contacto entre los docentes hospitalarios y los de los centros educativos, para seguir, en la medida de lo posible, el ritmo del curso escolar. En ellas, los docentes tratan de asegurar la continuidad del proceso de enseñanza del niño y ofrecen asesoramiento a los padres y madres con el fin de facilitar su colaboración en las actividades programadas.

Con estas aulas hospitalarias también se consigue el acercamiento de los alumnos y alumnas hospitalizados a la dinámica de la escuela, fomentando la participación y la interacción, lo que evita situaciones de aislamiento y temor y favorece las condiciones que mejoran su salud. De hecho, una parte importante del programa se dedica a mejorar el estado emocional, ofreciendo seguridad, confianza y tranquilidad a la vez que realizan actividades curriculares y lúdicas atrayentes y motivadoras.

En definitiva, como ha recordado el delegado del Gobierno, “la intervención se dirige no sólo la recuperación y adaptación de los niños al contexto hospitalario, sino que se persigue la normalización personal, escolar y social”. “Las atenciones educativas en las escuelas de Pediatría y en las habitaciones atendidas han tenido en los últimos cursos muy buena repercusión tanto para la recuperación de los alumnos durante su periodo de hospitalización como para su normalización escolar”, ha añadido.

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