La Hermandad de la Sed escribió este lunes la página más brillante de su todavía incipiente historia al cumplir el anhelo de hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. La cofradía de Puertas del Sur se convirtió de este modo en la corporación nazarena número 38 en hacerlo y en la sexta en sumarse a un Lunes Santo que ahora sí puede decirse prácticamente completo. Algo parecido debe ocurrir este martes con la Hermandad de la Salud de San Rafael, otra de las grandes novedades de esta Semana Santa.
El estreno de la Hermandad de la Sed en la tarde del Lunes Santo rivalizó en protagonismo con un viento molesto que hizo que la jornada resultara bastante más desagradable que la del domingo, experimentando el termómetro un descenso súbito coincidiendo con la caída del sol.
La Sed protagonizó la salida más temprana de toda la semana, al plantar su cruz de guía en Puertas del Sur a las dos y media de la tarde.
Había lógico interés por vivir ese momento histórico y sobre todo por acompañar a la cofradía en ese itinerario inicial que debía llevarle al centro. Blancos nazarenos con capa evocadora de la madre Teresa de Calcuta escoltan al crucificado de Elías Rodríguez Picón, una imagen que se ha convertido en estos últimos años en el centro de la parroquia de San Juan Grande y Nuestra Señora de la Candelaria.
Flores en tonos morados salpicadas con algunas rosas rojas completaron el exorno floral de un paso que se estrenaba en la calle mostrando los primeros trabajos de talla de David Medina. La cofradía buscó desde Puertas del Sur la avenida de Blas Infante para de este modo alcanzar Cuatro Caminos e iniciar la subida de la calle Puerto, en una de las estampas que ya venía siendo habitual en el atardecer del Sábado de Pasión y que esta vez se disfrutó a plena luz del día y bajo un sol de justicia, aunque aliviado por la brisa. Buen trabajo el de la cuadrilla de costaleros que dirige Alberto Millán y buen estreno también el de la Banda de Cornetas y Tambores del Gran Poder de Granada.
Pero sin duda la Hermandad de la Sed vivió sus momentos más emotivos cuando se hizo presente en el entorno de San Juan de Letrán y empezaba a atisbar el palquillo de la plaza Aladro. Ante la Virgen del Rocío se pidió la venia a eso de las seis y cuarto de la tarde y el cortejo blanco inició su recorrido por la Carrera Oficial. Se escucharon aplausos al paso del crucificado. El Lunes Santo incorporaba ya a su sexta cofradía. Hasta el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, quiso arropar a la cofradía en ese histórico momento.
A esa hora ya se encontraban en la calle las otras cinco hermandades. La Candelaria se hizo presente en el barrio de La Plata a las cinco de la tarde. Ambiente popular en esa salida y momentos de emoción especialmente para los vecinos de mayor edad, que han crecido prácticamente junto a su cofradía. La hermandad les reserva un lugar de honor en la calle Fernando de la Cuadra, en el corazón del barrio. El Señor de las Misericordias procesionó por primera vez tras haber sido restaurado por Cristina Espejo y Pepa Segura, que le han devuelto el esplendor perdido a lo largo del tiempo. Domingo Gil tocó el martillo de estas andas de maderas oscuras y la Agrupación Musical de la Sentencia fue la encargada de poner banda sonora a un momento imprescindible de la tarde del Lunes Santo.
Más que la madre, la Virgen de la Candelaria parece la niña de los vecinos del barrio. Así la concibió Manolo Prieto y así la ha entendido su gente. Este Lunes Santo estrenó saya bordada por Ildefonso Jiménez, cumpliéndose de este modo una de las viejas aspiraciones de la cofradía. Manuel Jaén Vargas ejerció como capataz de un paso acompañado por la Banda Maestro Enrique Galán de Rota.
Hay tiempo de ver cómo el manto rojo de la Candelaria se pierde por las calles de su barrio y buscar al Cristo de la Viga por Curtidores y Peones. La cofradía transcurre por estas calles en una soledad casi total que contrasta con la acumulación de gente detrás de vallas por las que aún no pasan nazarenos. En la cruz del Cristo de la Viga se encierra buena parte de la historia de Jerez. Camina silente el crucificado mientras se escuchan de fondo los tambores de la Banda de Música Maestro Agripino Lozano, de San Fernando, que acompaña a la Virgen del Socorro. Eduardo Salazar y Álvaro Barba son los capataces de ambos pasos.
Caminando por calles que sin duda debieron vivir tiempos mejores se alcanza la vieja Puerta de Sevilla. En el amplio espacio de Porvera puede disfrutarse de la presencia de la Hermandad de la Cena en mayor medida que en la angostura de San Marcos, repleta de gente desde mucho antes de que apareciera la cruz de guía. El rojo y blanco de estos nazarenos se funde con el verde de la arboleda de Porvera y brinda una estampa de enorme belleza.
La cofradía estrenó estandarte corporativo bordado por Ildefonso Jiménez. Los pasos del Señor de la Cena y Santa María de la Paz no pueden estrenar nada más porque alcanzaron ya el canon más exigente del regusto cofradiero. Martín Gómez es el capataz de las cuadrillas de ambos pasos, ayudado por un amplio equipo de auxiliares. La Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas y la Banda de Música del Nazareno de Rota son las encargadas de realzar el buen trabajo costalero.
La Hermandad de Amor y Sacrificio partió de la parroquia de Madre de Dios a las seis y cuarto de la tarde, pero cuando La Cena sube Porvera se encuentra ya completando el itinerario que la lleva a la Carrera Oficial. Es apenas unos minutos antes de que sus negros nazarenos soliciten la venia cuando ofrece uno de sus momentos de más belleza plástica, cuando transcurre por las angosturas de Bizcocheros y Caracuel y el silencio parece inundarlo todo. Apenas se escuchan los rezos en voz alta de estos nazarenos con capuz cuyo hábito recuerda aquellos de los primitivos disciplinantes. En Amor y Sacrificio la estética queda en un segundo plano. La Virgen lo llena todo.
No ocurre lo mismo con la Hermandad de la Paz de Fátima, donde año tras año se cuidan todos los detalles posibles para ganar prestancia en la calle. En esta ocasión, los cofrades de La Constancia se han esforzado en reordenar el grupo escultórico de su paso de misterio con el único objetivo de que el Señor de la Paz gane en protagonismo. La imagen aparece ahora en la delantera del paso y luce túnica cerrada, tal y como salió a la calle en el Vía Crucis de las Hermandades. Los hermanos González siguen adelante con el dorado de la canastilla, cada vez más completa. Jesús Caro manda a la cuadrilla de costaleros de este paso de misterio, acompañado por la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, de Sevilla.
La Paz de Fátima era hasta este año la última cofradía en incorporarse al Lunes Santo. Lo hizo en 2011 y con dos pasos, algo que obliga a duplicar esfuerzos. En esta ocasión, la Virgen del Refugio estrenó peana realizada por el jerezano Antonio García Falla, que también ha culminado ya la candelería. Ildefonso Rubio se estrenó como capataz de este paso, que contó con el acompañamiento de la Banda de Música Virgen de las Angustias, de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor.
En Fátima y Santa Ana culmina el Lunes Santo, ya en la madrugada de un martes que asistirá también a la incorporación de la Hermandad de la Salud de San Rafael. Será la cofradía número 39 en sumarse a aquellas que hacen estación de penitencia a la Catedral. La Semana Santa de Jerez sigue escribiendo su historia. Año tras año. Día tras día.