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Las 'Maestras de la Costura' que plantan cara al coronavirus

Las telas para volantes han dado paso a alegres gorros y mascarillas para el hospital con iniciativas como la de un grupo de madres del Santa Isabel de Hungría

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Ana está confeccionando mascarillas con su marido en casa.

Gorros del grupo de costura del Santa Isabel de Hungría.

Sanitarios con los gorros confeccionados por este grupo de madres y profesoras.

Gema, profesora del IES Santa Isabel de Hungría.

Luisa Reyes, cuarta finalista de Maestros de la Costura, también está cosiendo para la campaña de Acoje.

  • Ana y su marido también cosen desde casa con retales de trajes de flamencas y telas del negocio de carpas que tienen
  • El grupo de esta profesora y madres del instituto se llama Maestras de la Costura, Luisa Reyes, también confecciona batas y mascarillas estos días

La pandemia del coronavirus no entiende ni de rutina ni mucho menos de eventos en el calendario. Acaba de terminar una Semana Santa histórica sin procesiones en la calle y la siguiente cita prevista en Jerez era el Gran Premio de España de Motociclismo, que está aplazado y sin fecha alternativa a la vista, al igual que la Feria del Caballo 2020, que en principio se ha pospuesto al mes de octubre. Con tanto tiempo de margen y sin poder salir de casa al menos hasta el próximo 26 de abril, muchas costureras y amantes de la aguja han dejado de cortar volantes para sus encargos o sus propios trajes de flamenca para ponerse manos a la obra en la confección de mascarillas y gorros para el Hospital de Jerez y para los trabajadores de los negocios de sus barrios que siguen al pie del cañón. Lo mismo han hecho con las batas quirúrgicas.

Muchas no han dudado en tirar de los retales de telas de vestidos de gitana que tenían en casa, que también hace de taller en tiempos de confinamiento, o incluso de la que ya habían comprado para elaborarse su diseño de este año. Ya habrá tiempo hasta octubre. Es el caso de Ana y Manolo, su marido, cuyo negocio de montajes de carpas para eventos y ferias ha tenido también que parar. Todo empezó casi por casualidad, como suele ocurrir en estos casos. “La mujer del socio de mi marido trabaja como pinche de cocina en el Hospital de Jerez y nos dijo que allí en la cocina no tenían mascarilla. Entonces como en la nave había telas buenas de las carpas comenzaron a hacerla el lunes después de decretarse el estado de alarma y yo empecé a echarles una mano también”, explica Ana, con la diferencia de que sus telas eran con motivos flamencos que después de tantos años de costura y de diseños para la calle y para la familia. De lunares y a doble tela, gustaron tanto que se fue corriendo la voz y pidieron en la UCI, Medicina Interna y Dermatología.  Además, según cuenta, también han enviado para el Hospital San Juan Grande, para el de La Macarena de Sevilla y hasta al de Logroño.

A estos encargos hay que sumar los que a Ana le han ido pidiendo en las tiendas de su barrio y las que tiene preparadas para enviar a Madrid para su hija y las compañeras de trabajo de Lunares, la peluquería que abrió semanas antes de que comenzara el confinamiento y que, como tantos negocios, ha tenido que echar el cierre. Ana ha perdido la cuenta, pero han debido de hacer más de 2.000 y siguen ahora con las telas de las carpas y casetas de una Feria que tendrá que esperar. “Estoy muy contenta por poder contribuir y ayudar de esta forma”, reconoce.

También casi sin querer comenzaron a confeccionar gorros para la unidad de infecciosos del Hospital de Jerez el grupo de costura que Gema, profesora del IES Santa Isabel de Hungría, tiene con Yolanda, María del Mar, Mari, Elisa y María José, madres de alumnos del centro. Fue esta última la que las puso con contacto con Lina, también madre de alumno y enfermera de la citada unidad, que está en contacto directo con los pacientes positivos de Covid-19.  Ella y sus compañeras trabajan con los equipos de protección EPI encima de su uniforme, pero el problema es que para protegerse los pelos, donde hay una alta concentración vírica, venían gastando dos gorros desechables al día. Teniendo en cuenta el déficit de material, entendían que no podían seguir así, pero a la vez necesitaban resguardarse. ¿Cuál ha sido la solución? Que cada una tenga el suyo propio de tela y alguno de recambio gracias a la labor de estas amantes de la costura. María José tiró de nueve metros de tela de flamenca que tenía en casa, Gema tenía unas sábanas de sus niños pequeños muy alegres que también podían aprovechar y otros retales de tela de flamenca, y entre ellas y el resto de amigas del grupo esta semana pasada entregaron 300 gorros para enfermeras y médicos y familiares cargados de alegría y de buen rollo, “que bastante tienen con lo que están pasando allí”.

Todas lo compaginan con sus circunstancias personales -una de ellas ha perdido a su suegro por coronavirus en Madrid- y su trabajo, como es el caso de Gema, que por la mañana está pendiente de sus 120 alumnos vía telemática, sin contar con sus dos niños de tres y cinco años.

Prefieren llevarlo todo por delante, porque les consta que sigue haciendo falta tanto en el hospital como en colectivos de Jerez, por eso esta semana, en la que se unen seis madres más voluntarias a coser desde casa, van a empezar a hacer también batas quirúrgicas gracias a la tela que les ha enviado Acoje. Aunque la iniciativa surgió de este grupo de Gema, también tienen contacto directo con la presidenta de Acoje, Nela García –su hijo estudia también en este instituto- y cuya campaña de fabricación de mascarillas y batas quirúrgicas va viento en popa, aunque es importante que llegue a todos los colectivos. Por esta razón hacen un llamamiento para  que quienes necesiten mascarillas y material contacten con Acoje.

Pero es que detrás del coronavirus sigue habiendo historias muy vinculadas entre sí. Estas madres y profesora del IES Santa Isabel de Hungría se comunican en su grupo de WhatsApp ‘Maestras de la Costura’, por el conocido programa de TVE, y precisamente la  cuarta finalista de su primera edición, la jerezana Luisa Reyes, otra amante de la moda flamenca, se ha puesto manos a la obra con la campaña de Acoje, realizando mascarillas de lunares para muchos negocios de su barrio, además de batas quirúrgicas.

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