El mes de diciembre difícilmente puede entenderse en Jerez sin sus zambombas, una fiesta en las que los villancicos con acento flamenco resuenan por cada esquina de la ciudad y que este año, debido a la pandemia, han tenido también que ser sacrificadas.
Declaradas Bien de Interés Cultural en 2015 por la Junta de Andalucía, estas fiestas anclan su origen en el siglo XVIII cuando comenzaron a popularizarse reuniones de vecinos en los patios para, alrededor de una hoguera, entrelazar coplas y cantares navideños.
Jerez tendrá que resignarse a su primera Navidad sin zambombas, incompatibles este año con las restricciones horarias y la distancia social que exige la lucha contra el coronavirus.
Una situación que ya ha comenzado a sentirse este mismo fin de semana, ya que sólo durante el puente de diciembre de 2019, la ciudad acogió alrededor de 70 zambombas organizadas por hermandades, peñas y establecimientos de hostelería, y en las que se reunieron miles de personas en torno a una candela para cantar villancicos, comer pestiños y buñuelos y beber vino de Jerez.
Algunos barrios, siguiendo la estela de lo que pasó en mayo, cuando varias comunidades de vecinos engalanaron sus balcones con farolillos y mantones para celebrar a su manera la feria de Jerez en pleno confinamiento, tratan ahora de impulsar alguna adaptación de esta fiesta.
Así en barriadas como El Almendral se anima a los vecinos a celebrar este domingo 6 de diciembre una "zambomba balconing" para "compartir un rato" y cantar villancicos populares como "El marinerito ramiré", "La Micaela" o "Calle de San Francisco".
Javier Román, Hermano Mayor de hermandad de la Coronación de Jerez, que cada año organiza un par de zambombas para recaudar dinero para sus actividades benéficas, calcula que este año perderán una recaudación de unos 3.000 euros.
Al igual que las hermandades, se han visto afectados grupos y coros, como el Coro Andalucía, que dirige Paco Sánchez y que cada navidad actúa en una treintena de ellas.
Sánchez asume que este año su coro no participará en ninguna y perderá "un buen dinero" que suele recaudar cada Navidad.
El Ayuntamiento ya ha anunciado que no puede autorizar la celebración de zambombas debido al marco normativo impuesto desde la Junta de Andalucía para afrontar la pandemia y minimizar el riesgo de contagios.
Algunos negocios de la ciudad han anunciado que harán zambombas con un aforo muy restringido y en formato espectáculo, más cercanas a las que estaban previstas en el Teatro Villamarta de Jerez los días 19, 26 y 27 de diciembre y que finalmente han sido canceladas por "las dificultades creadas por la covid-19 en el elenco artístico para afrontar los ensayos previos".
"Se están tomando estas alternativas porque las empresas tienen que subsistir y conseguir algunos ingresos aunque sea con una pegada infinitamente menor", expone a Efe Antonio Mariscal, presidente del clúster turístico Destino Jerez, una asociación que aglutina a más de 85 empresas e instituciones de la ciudad.
Hace cinco años la Junta de Andalucía catalogó a las zambombas de Jerez y Arcos de la Frontera como BIC para salvaguardar esta expresión festiva y musical vinculada al flamenco y que constituye una de las celebraciones navideñas más genuinas de Andalucía.
Esta proclamación ha servido para que en los últimos años la Navidad en Jerez se haya convertido en "temporada alta" para el turismo, según Antonio Mariscal.
"En estos años hemos tenido un crecimiento tremendo en Navidad, que antes pasaba mucho más desapercibida a nivel turístico pero que se ha convertido en un revulsivo, en un caramelo", afirma.
El impacto turístico de su suspensión va a ser importante y afectará, según Mariscal, no solo a empresas del sector sino también a otros como el de la restauración y el hostelero, que se ven beneficiados por el "boom" de la navidad jerezana.
Desde la Asociación de Vecinos del Centro Histórico, muy crítica en los últimos años con la celebración de las zambombas porque opinan que convierten el casco en un "botellódromo amparado por el Ayuntamiento", consideran "acertada" la decisión del Ayuntamiento de suspender las zambombas en la calle este año.
"Ven, ven, ven, en Nochebuena vente pá Jerez", es uno de los estribillos más repetidos de estas zambombas, una incitación a disfrutar de la fiesta y de la navidad jerezana, donde cada 24 de diciembre al mediodía la calle consistorio se convierte en un hervidero de gente dispuesta a apurar las últimas horas de zambombas porque, en Jerez, ese día marca el fin de fiesta de un mes dedicado a una de sus tradiciones más populares.
Pero este 24 de diciembre el centro de Jerez no será el punto de encuentro para las miles de personas que cada año se juntan para cantar villancicos y disfrutar de esas últimas horas antes de la cena de Nochebuena en familia. Por eso la ciudad ya sueña con una navidad en 2021 sin covid ni restricciones.
Jerez
El primer diciembre sin que suenen las tradicionales zambombas
El impacto turístico de su suspensión va a ser importante, aunque los propios vecinos reconocen que la decisión municipal es acertada
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