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La mala calidad del aire ‘mata’ prematuramente a 131 jerezanos al año

Jerez se cuela entre las 600 ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a la contaminación atmosférica

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  • Una imagen del centro histórico de Jerez. -

La calidad del aire está detrás de la muerte prematura de 131 jerezanos al año, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) realizado en colaboración con investigadores del Swiss Tropical and Public Healt Institute (Swiss TPH) y de la Universidad de Utrecht.

El trabajo concluye que en el supuesto de que el municipio fuera capaz de reducir las emisiones de los dos agentes contaminantes estudiados, partículas finas (PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2), se podrían evitar hasta 85 y 46 muertes, respectivamente.

En el primer caso bastaría con adecuar los niveles de emisión a las recomendaciones de la OMS para evitar la muerte prematura de 26 personas, alcanzándose la cifra de 85 en el supuesto de que se redujeran los niveles por debajo de lo que aconseja este organismo internacional.

En cuanto a las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), para evitar 46 muertes prematuras sería necesario que los niveles estuvieran por debajo de los parámetros recomendados por la OMS, ya que esas indicaciones no serían suficientes para reducir la mortalidad.  

“El dióxido de nitrógeno es un contaminante asociado a las emisiones de tráfico y está asociado a trastornos inflamatorios, de manera que afecta frecuentemente a las vías respiratorias, favoreciendo enfermedades como el asma, pero también puede causar enfermedades cardiovasculares y ciertas patologías cognitivas”, explica Shasha Khomenko, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio por videollamada.

Las partículas finas, por su parte, “son materia en suspensión producto de la combustión, no solo de los vehículos motorizados, sino también de otras fuentes, como la industria, la calefacción doméstica o la quema de carbón y madera -añade-, que pueden afectar a prácticamente cualquier tejido del cuerpo”.

Como el dióxido de nitrógeno, causan serios problemas respiratorios y cardiovasculares o demencia.  

Jerez se ha colado entre las 600 ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a la calidad del aire.

En el ránking de mortalidad por emisión de partículas finas ocupa el puesto 524 y en el de dióxido de nitrógeno el 605.

Hasta ocho municipios de la provincia se encuentran entre las 858 ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a la calidad del aire.

En ambas clasificaciones La Línea de la Concepción es la ciudad que aparece peor parada, ocupando los puestos 72 y 144. Parecida es la situación de Algeciras.

Jerez es el municipio en el que más muertes prematuras podrían evitarse, las 131 anteriormente reseñadas, pero fundamentalmente porque es también el núcleo más poblado.

En Cádiz se evitarían 110 muertes, en Algeciras 92, en La Línea 77, en San Fernando 60, en El Puerto 51, en Sanlúcar 42 y en Chiclana 37.

Para la elaboración del estudio se ha tenido en cuenta una puntuación de carga de mortalidad asignada a cada localidad.

Las puntuaciones se han calculado con un algoritmo que tiene en cuenta las tasas de mortalidad, el porcentaje de mortalidad evitable y los años de vida perdidos por cada contaminante del aire.

“Hemos obtenidos una gran variabilidad de resultado”, pero ha quedado constatado que tanto el dióxido de nitrógeno como las partículas finas son factores de riesgo a largo plazo que requieren del mismo modo de actuaciones sostenidas en el tiempo para su reducción.  

“En nuestro estudio no hemos detallado medidas específicas, pero es recomendable establecer políticas de reducción del tráfico rodado, favorecer la movilidad sostenible, como la bicicleta o el transporte público, o regular las emisiones de la industria”, señala  Khomenko, quien considera, no obstante, que “cada ciudad tiene que estudiar cuáles son las fuentes contaminantes”, teniendo en cuenta que los fenómenos meteorológicos también influyen.

“En el sur de España, los vientos del desierto agravan los episodios de contaminación”, agrega. Los datos del estudio pueden servir, indica, como punto de partida para que “las administraciones locales pongan en marcha políticas de planificación urbana y del transporte encaminadas a reducir el impacto de estos dos agentes contaminantes”. 

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