Lo que queda del día

Feliz Navidad, una vez más, Señor Scrooge

  • Jim Carrey se oculta bajo los rasgos envejecidos de Ebenezzer Scrooge
El próximo 19 de diciembre se cumplen 166 años desde que Charles Dickens publicara la primera edición de A Christmas Carol (Un cuento de Navidad). La obra gozó de un extraordinario éxito desde un primer momento y ha pasado a la posteridad como uno de los relatos imprescindibles para el periodo navideño. Concebida originalmente como un comprometido alegato social en favor de las clases más desfavorecidas y, en especial, de la defensa y protección de los niños, con la Navidad como telón de fondo, la historia se encuentra enriquecida por su componente fantástico, así como por los valores humanos y universales que logra reivindicar desde sus páginas y que han perdurado hasta nuestros días.

La historia ha servido de fuente de inspiración al cine y la televisión desde mediados del siglo XX y ha contado con versiones tan recordadas (Muchas gracias, Mr Scrooge, 1970), como prescindibles (Los fantasmas atacan al jefe, 1988), sin olvidar otras aproximaciones tan particulares como Los teleñecos en Cuento de Navidad. Pese a tales redundancias, la Disney ha apostado para estas fechas por una nueva versión con la excusa de presentar la historia a nuevas generaciones de niños de todo el mundo y, en el fondo, de comprobar el resultado de trabajar con la técnica desarrollada por la compañía de Robert Zemeckis, Image Movers, dentro de la expansión del mundo de la animación digital, al que se añade la opción de disfrutar la proyección en 3D. De hecho, ésta es la tercera película dirigida por Zemeckis siguiendo este patrón técnico (rodar imágenes reales para convertirlas en el ordenador en imágenes animadas) tras Polar Express y Beowulf.
El resultado técnico de su Cuento de Navidad es el mejor de sus tres experiencias hasta la fecha, un auténtico prodigio que demuestra las virtudes de un realizador siempre interesado en las posibilidades de una cámara en completa libertad e involucrada en el ritmo y la definición de cada secuencia. Asimismo, la postproducción digital del celuloide le ha permitido desarrollar una escenografía detallista y brillante que recrea con minuciosidad el Londres de mediados del siglo XIX.
Zemeckis, en cualquier caso, no es de los que suelen quedarse en la forma -basta con presenciar el excelente prólogo del filme, en el que muestra por primera vez al avaro y desagradable Ebenezzer Scrooge-, y tal vez por eso mismo más de uno salga defraudado con el resultado final de su versión del clásico de Dickens, ya que tiene más forma que fondo, o, si lo prefieren, el fondo en el que asienta su trabajo no va más allá de donde lo hayan hecho otros que le precedieron en la adaptación del clásico Cuento de Navidad. Jim Carrey, por cierto, es quien se oculta bajo el maquillaje digital del protagonista principal, acompañado por otros más reconocibles Gary Oldman, Colin Firth y Bob Hoskins.

Amanda Peet
La primera vez que Amanda Peet se asomó al público desde la pantalla grande le tocó compartir escena con Jennifer Aniston, Maxine Bahns y Cameron Díaz. Era un papel secundario y, pese a las circunstancias, logró reclamar la atención del espectador. La película era ‘Ella es única’, una comedia de culto de corte independiente dirigida por Edward Burns. Su siguiente trabajo de éxito, y en el que se ‘destapó’ por completo, llegó cuatro años más tarde, en 2000, compartiendo papel con otro protagonista de ‘Friends’, Matthew Perry, y con Bruce Willis, ‘Falsas apariencias’. A partir de entonces, se ha prodigado continuamente, sobre todo en papeles secundarios, pero siempre en películas interesantes, caso de ‘Cuando menos te lo esperas’, en la que hacía de joven amante de Jack Nicholson, ‘Melinda y Melinda’, donde trabajó a las órdenes de Woody Allen, o ‘Syriana’, el thriller político ambientado en Oriente Medio. A lo largo de esta década sí ha tenido dos papeles protagonistas destacados: ‘Identidad’, una película de terror ligeramente inspirada en el relato ‘Diez negritos’ de Agatha Christie; y ‘El amor es lo que tiene’, una discreta comedia romántica junto a Ashton Kutcher aunque por encima de la media de títulos ligeros que nos llegan cada año desde Estados Unidos. Este viernes, tras su presencia en varios títulos que pasaron casi desapercibidos en el momento de su estreno (‘El niño de Marte’, ‘La fuerza de vivir’ y ‘Expediente X 2’), llega, por tercera vez como pareja de John Cusack, en una nueva película de catástrofes, ‘2012’, dirigida por Roland Emmerich, en la que se efrenta al fin del mundo, egún el designio de una profecía maya.

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