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El Málaga logra la permanencia de la vergüenza (0-1)

El Burgos gana 0-1 en La Rosaleda ante 25.389 malaguistas que celebraron el alivio del triunfo del Huesca que certifica una salvación sonrrojante

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El Málaga no fue capaz de voltear el 0-1 del Burgos, que encajó a balón parado.

El Málaga no fue capaz de voltear el 0-1 del Burgos, que marcó a balón parado.

El Málaga no fue capaz de voltear el 0-1 del Burgos, que marcó a balón parado.

El Málaga no fue capaz de voltear el 0-1 del Burgos, que marcó a balón parado.

La afición estuvo por encima del equipo.

La afición estuvo por encima del equipo.

La afición estuvo por encima del equipo.

  • La Rosaleda acabó celebrando el 3-2 del Huesca que le daba la salvación matemática a los de Guede
  • “Esa camiseta, no la merecéis”, gritó al cielo un malaguismo cabreado, que despidió a sus jugadores con una pitada monumental.

Se acabó esta pesadilla. Y con eso nos quedaremos. Pero, en caliente, es difícil festejar una permanencia que se ha logrado por ayudas externas y no por méritos propios. Este sábado 21 de mayo define toda una temporada para esta afición loca, paciente y con el corazón de piedra. Con más de 25.000 en las gradas haciendo del estadio un Coliseo romano. El prepartido, con un recibimiento digno de grande europeo, fue el primer gol. Ilusos los que lo creyeron así. 

El Málaga no fue capaz de ganar al Burgos, que no se jugaba nada y vino a hacer su partido. Terminó con Sekou, Roberto y Loren Zúñiga arriba, a la desesperada. Se pasó de la ilusión en el comienzo a las reprimendas del final. El malaguismo hizo terapia de choque: volvieron los reproches a unos jugadores que serán recordados por lo malo de su conjunto. Un grito unánime con el gol de la victoria del Huesca ante la Real ‘B’ (3-2) fue lo máximo que se pudo celebrar. Vergonzoso pensarlo. El Málaga se queda en Segunda, pero de la manera más indecente posible: sin ganar en su estadio desde noviembre.

Un error en un pase atrás de Genaro en el minuto 5 fue una pista del sentir de los jugadores en un partido así: entre la motivación y el nerviosismo más puro. Se rozó el extremo con el clamoroso fallo en uno contra uno de Vadillo, que se metió él solo en un laberinto sin salida. Era medio gol. Al menos, la ocasión activó al malaguismo presente en el templo y vino de inmediato un gol de Chavarría que fue anulado por fuera de juego. Ratificado por el VAR, la cosa quedó en advertencia. El Málaga fue más pasional que práctico. Fútbol a trompicones.

Como casi único recurso, el equipo de Guede buscaba en largo a Chavarría para desahogar el juego. El Burgos, bien ordenado y con criterio cuando tenía la posesión, estaba siendo un hueso duro de romper. La zona de influencia estaría en la banda de Ismael Casas, titular por tercer partido consecutivo (ni rastro del antes indiscutible Víctor Gómez). Su costado fue el elegido para generar en ataque, pero faltó colmillo.

Entre tanto juego con el portero y posesiones demasiado horizontales, llegó el primer aviso del Burgos, con un larguero en jugada ensayada que generó murmullo. Quien avisa no es traidor. Terminaron aprovechando la segunda falta minutos después, esta vez escorada a la izquierda, un centro raso que terminó en gol de Miguel Rubio (0-1, min. 41). El Burgos por delante y bajón anímico en las gradas. Un disparo lejano de Dani Lorenzo fue la única réplica antes del descanso.

Entró Víctor Gómez al inicio de la segunda parte para dar un pasito más en lo ofensivo. Luis Muñoz merodeó en dos ocasiones con el empate, pero de nuevo el Málaga se desinfló y fue maniatado por el Burgos. Una moneda al aire de equipo, al que le costaba cada vez más superar el muro que plantó el equipo de Julián Calero. Entraron Roberto y Sekou porque el partido se puso para rematadores.

Se enfrió tanto el partido que la impotencia empezó a ser síntoma. Loren Zúñiga tuvo 15 minutos para demostrar su talento, pero nada. Impotente. El Málaga acabó con tres delanteros y ni con esas. Faltando diez minutos, la Real Sociedad ‘B’ marcó el empate en su partido ante el Huesca y se ponía a un gol de complicarle la vida al Málaga.

Roberto y Sekou tuvieron el empate en el 88’, mientras la afición gastaba sus últimas fuerzas en un “¡sí se puede!”, aunque otros abandonaban ya el estadio. El momento de alivio llegó con el 3-2 del Huesca a la Real, que se gritó como si fuera uno del Málaga. “Esa camiseta, no la merecéis”, gritó al cielo un malaguismo cabreado, que despidió a sus jugadores con una pitada monumental. Es una pena acabar así, aunque el objetivo se haya cumplido. Noche decepcionante, otra más, en el cierre de una temporada que quedará en la memoria de toda La Rosaleda. El año que no se descendió porque hubo cuatro equipos un poco peores.

Ficha técnica:

Málaga CF: Dani Martín; Ismael Casas (Víctor Gómez, 45’), Peybernes, Escassi, Víctor Olmo, Genaro, Dani Lorenzo (Loren, 76’), Luis Muñoz (Ramón, 57’), Febas, Vadillo (Sekou, 65’), Chavarría (Roberto, 57).

Burgos: Caro, Grego Sierra (Zabaco, 40’), Rubio, Córdoba, Navarro, Matos; Andy (Undabarrena, 73’), Elgezabal; Berjón (Mumo, 73), Ernesto (Álvaro Rodríguez, 62’) y Valcarce (Guillermo, 73’).

Goles: 0-1, Miguel Rubio (min. 41).

Árbitro: González Esteban. Amonestó con amarilla a Peybernes del Málaga y a Elgezabal y Navarro del Burgos.

Incidencias: Partido de la jornada 41 de LaLiga Smartbank disputado en La Rosaleda ante 25.389 personas (récord de la temporada).

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