Málaga está de moda y eso tiene consecuencias inmobiliarias. Es la provincia española donde más sube el precio de la vivienda y del alquiler, según un estudio de la consultora Gesvalt. Al mismo tiempo, Málaga es una provincia puntera en compraventa de viviendas en la actualidad. Según el INE, hasta agosto se han realizado más de 29.600 compraventas, con un 44% de incremento sobre el año anterior y rozando el techo del año 2007.
Es decir, el mercado inmobiliario sigue a ritmo frenético. La ciudad está viviendo una transformación en su skyline con la construcción de bloques de viviendas de gran caché, como las torres de Martiricos, las llamadas MalagaTowers de calle Pacífico o las tres torres de viviendas en la zona de La Princesa.
Esta explosión de la demanda, sumada a una escasez de la oferta, ha propiciado un impactante aumento de precios. La inflación, además, tampoco ayuda. Es más caro construir y es más caro comprar o alquilar.
En ese contexto, son las familias de clase trabajadora las que más complicado lo tienen para permitirse una hipoteca. El dato es para reflexionar; Los malagueños destinan el 41,3 % de su renta anual a comprarse una casa, o lo que es lo mismo, una media de 751 euros mensuales.
En Andalucía, y de acuerdo con los últimos datos del 2021, la renta media por hogar es de 25.601 euros cada año. De esos 25 mil, la vivienda se lleva en torno a 7.100 euros. Y ahí son los jóvenes los que más crudo lo tienen.
El hijo de Antonio, vecino de La Princesa, está pagando cerca de 700 euros por un piso de dos habitaciones y a sus 35 años, le cuesta hacer frente con su pareja. Como el hay muchos jóvenes que viven la paradoja más surrealista de la sociedad acitual: gente más prearada y supuestamente destinada a vivir mejor que sus padres... pero que ven muy lejos tener propiedades o meterse en una hipoteca.
"Que construyan todos lo que quieran, pero que lo hagan para alquileres asequibles, para el trabajador, para la gente de la calle", reivindica este malagueño, que reconoce que la generación joven lo tiene complicado. "No tienen porvenir para tener ahorros ni propiedad. Y no tenía ahorros, pero tengo propiedades. Y ahora, al menos, lo poco de mi jubilación me da para comer y pagar las facturas".
"La gente joven lo está pasando mal. Algunos, si no fuera por los padres, no sé cómo podrían llegar a pagar sus viviendas", dice María, malagueña que vive por el Parque Mediterráneo.
Medida de urgencia
Este lunes la Junta ha puesto en marcha el bono joven del alquiler, una ayuda de hasta un máximo de 250 euros al mes durante dos años para personas de entre 18 y 35 años.
Es una ayuda incluida en los presupuestos generales del Estado y se podrá solicitar desde el 14 de noviembre hasta el 14 de febrero. Medidas que pretenden ser oxígeno para un sector de la población que cada vez tiene más barreras para independizarse.
