Fernando Núñez nos invita con 'Miradas Cuadradas' a una nueva exposición compuesta por 22 obras, en las que se despliega un lenguaje visual profundamente introspectivo. A través de sus personajes, el artista nos sumerge en un universo donde las miradas y los silencios comunican emociones complejas, que van desde la melancolía hasta la esperanza. Las obras parecen hablar más allá de las palabras, utilizando la expresión visual como un poderoso medio para conectar con el espectador.
Lo que distingue esta muestra es el uso vanguardista de la inteligencia artificial generativa, una herramienta que Núñez ha integrado en su proceso creativo. Este recurso le permite lograr un nivel de precisión emocional y técnica inigualables, potenciando la profundidad de las miradas que caracterizan su obra. Cada rostro es una ventana al alma, enriquecida por la capacidad de la IA para explorar nuevas dimensiones en el arte.
El uso de la IA no es nuevo para Núñez, quien ya había comenzado a experimentar con esta tecnología en su exposición anterior, IA: Pigmentos en Tránsito. Sin embargo, en esta ocasión, el artista lleva la simbiosis entre lo humano y lo tecnológico a un nivel superior. Al fusionar su dominio de la técnica clásica con las posibilidades creativas de la IA, Núñez redefine la manera en que entendemos el arte contemporáneo.
La capacidad del artista para utilizar la IA como una extensión de su propio talento le ha permitido crear un conjunto de obras que, sin perder su esencia humana, abrazan las ventajas de la tecnología digital. Las veladuras y transparencias polícromas que dominan en cada lienzo son una muestra del control absoluto que Núñez tiene sobre su técnica, combinando lo mejor de ambos mundos: lo tradicional y lo innovador.
Esta exposición refleja no solo el dominio técnico del artista, sino también su capacidad para reinventarse. Cada obra es una exploración profunda del alma humana, potenciada por la capacidad de la IA para transformar los pigmentos en emociones visibles. Las figuras que observamos en los cuadros nos invitan a un diálogo íntimo, un viaje hacia lo más profundo de nuestras propias emociones.
Núñez canaliza su intuición artística a través de un proceso que no se limita a lo visual, sino que trasciende hacia lo emocional. Los personajes de sus cuadros, con miradas penetrantes y enigmáticas, revelan una conexión íntima con el espectador, ofreciendo una experiencia que va más allá de lo estético. La IA, en este caso, no sustituye la mano del artista, sino que la complementa, permitiendo una mayor precisión y profundidad en la representación.
Este nuevo capítulo en la obra de Fernando Núñez demuestra cómo el arte y la tecnología pueden convivir de manera armónica, potenciando lo mejor de cada uno. La exposición es un testimonio de la capacidad del artista para evolucionar y explorar nuevos horizontes, ofreciendo al espectador una experiencia única donde lo emocional y lo digital se entrelazan.