Iba a ser la Feria del Libro más internacional, la que tendría como país invitado en este festín de las letras malagueñas a Italia, con el que habían iniciado conversaciones. La nueva directiva de la Asociación Feria del Libro de Málaga ha querido recuperar el éxito y el prestigio de antaño y haber imprimido un “cambio radical” en la que va a ser entre el 29 de abril y el 8 de mayo próximos la 46º edición.
Pero no ha podido ser. El mantenimiento del exiguo presupuesto del año anterior, que apenas alcanza los 40.000 euros destinados a nutrir de contenidos, nada más y nada menos que para once días de feria, han llevado al traste toda una batería de proyectos y de ilusiones.
Así se expresó ayer el presidente del colectivo, Miguel Ángel Díaz, propietario de Cómic Stores, quien afronta la complicada tarea de programar el evento con pocos recursos económicos. “Es desolador la falta de interés institucional, especialmente por parte de la Diputación y la Junta de Andalucía”, afirma con tristeza Díaz, quien apunta que el Ayuntamiento es el único que ha aumentado su aportación económica.
Así las cosas, Díaz detalla que la puesta en escena en la cita literaria del microteatro cervantino de la Central de Actuantes, que forma parte de la programación de La Térmica para esta Noche de los Libros, se ha caído de la programación porque pidieron a la Diputación el patrocinio de esta actividad pero no ha salido adelante.
“La Noche de los Libros me encanta y será todo un éxito, pero la realidad es que el presupuesto con el que cuentan para una velada es el doble de toda nuestra feria. Para Diputación sólo cuenta La Térmica”, comenta el librero, quien asegura que “ha sido imposible” reunirse con el diputado de Cultura, Víctor González.
Tampoco ha cuajado la organización de un día cinematográfico, previsto para el 29 de abril, por su coincidencia con el Festival de Málaga.
Y con la Junta de Andalucía, más de lo mismo. En este caso sí se reunieron con la delegada, pero su respaldo presupuestario es mínimo, 2.500 euros para actividades en el Centro Andaluz de las Letras.
Disgustado y desanimado, Díaz señala que “hacer la misma feria de todos los años se pone en marcha casi sola, pero cuando quieres hacerla más atractiva, con talleres, debates, la presencia de autores se complica todo y no prospera nada. Si sigue así, poco futuro veo”. Esta crónica de una muerte anunciada se ha encontrado con otro obstáculo en el camino. Según Díaz, el evento cumplirá su cuarto año en el Palmeral. Pero esta permanencia puede complicarse después de que la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (Avra), institución que gestiona esta zona del puerto, haya avisado de que en 2017 habrá que pagar una cantidad por la ocupación de ese suelo. “Nos trasladamos al puerto y no pagábamos por ocupar este espacio por un acuerdo táctico entre las instituciones implicadas. Si queremos seguir en el Palmeral habrá que pagar”, dice.
“El presupuesto es mísero, pero no nos hace falta un dineral, con un poquito más estoy seguro que se consigue una programación muy cercana al público en general”, razona Díaz, quien se plantea no seguir adelante tras acabar esta edición, que será pregonada por Herminia Luque.