Ya se marcha uno de los peores años de nuestra historia, una de las grandes tragedias vividas por nuestra generación, que será recordada en el futuro y de la que espero hayamos aprendido algo más que ponernos una mascarilla o lavarnos bien las manos. La historia nos demuestra que todo lo vivido y lo que aún nos queda por sufrir no servirá de mucho a las futuras generaciones, y que a pesar de solventar esta difícil situación, que lo haremos, volveremos a cometer los mismos errores que actualmente seguimos cometiendo, aprendiendo lo justo para fintar la exterminación, a la que muchos expertos auguran que estamos abocados.
Yo suelo ser más optimista y pensar en positivo, sacar partido a las miserias que el contexto actual nos deja, buscando siempre una salida, a veces casi imperceptible. Es la única forma de seguir, de avanzar y lograr evolucionar en una sociedad que sólo piensa en el aquí y ahora, sin una visión de futuro. Yo soy de aquellos que cree en una sociedad mejor, en un futuro más alentador; es imposible materializar un mundo más seguro si no se cree en él, si no se confía en aquellos que tienen la capacidad y responsabilidad de lograrlo.
La realidad es mucho más cruel y no siempre se puede mantener ese optimismo tan poco apreciado en la actualidad, pero desde mi perspectiva, siempre he pensado que es la única forma de mejorar, de crecer y de aprovechar las oportunidades, que no son muchas, para enmendar todos los errores que nuestra naturaleza ha provocado. En pocos días celebraremos un nuevo año, y ese día más que nunca brindaremos por dejar atrás este 2020, por seguir vivos, por haber/estar superando una pandemia que se ha cobrado cerca de dos millones de personas en el mundo, esperando que otros logren frenar dicho número que no deja de aumentar. Pocos son los que se plantean cómo influir positivamente, cómo contribuir para minimizar las nefastas consecuencias. En general, se piensa en uno mismo, en nuestro entorno, sin ir más allá. De una u otra forma, saldremos de esta, volveremos a esa normalidad que tanto se añora, pero el miedo que hemos sentido quedará latente durante un mucho tiempo, pero serán sólo unos pocos los que sabrán aprovecharlo para que todos/as podamos seguir durmiendo tranquilos. Feliz año nuevo.