Una leucemia crónica, complicada por una neumonía, es el motivo por el que el político y magnate empresarial Silvio Berlusconi permanece en una unidad de cuidados intensivos de Milán, el último ingreso de una serie de enfermedades que el ex primer ministro siempre ha tratado de minimizar y ocultar.
La confirmación de que "Il Cavaliere" padece leucemia mielomonocítica crónica, por parte de los médicos del Hospital San Rafael ha puesto fin a días de especulación sobre su estado de salud, del que solo se sabía que era delicado y había sido ingresado hace tan solo unas semanas para unos "controles médicos".
Según la prensa italiana, el entorno más cercano a Berlusconi, de 86 años, se oponía a la publicación de ese informe ya que tradicionalmente el líder de Forza Italia ha llevado sus operaciones y tratamientos médicos en secreto, llegando a revelar algunos incluso años después.
En 2020, durante la pandemia, fue ingresado con coronavirus y una neumonía bilateral. Recibió el alta a los diez días pero con importantes secuelas por las que tuvo que regresar al hospital en varias ocasiones.
Durante esas puntuales estancias en el hospital participaba en reuniones con parlamentarios pero evitaba activar la cámara, lo que avivaba las sospechas entre sus compañeros de partido, tal y como recuerda el diario La Repubblica.
Dado a presumir de jovialidad y virilidad, Berlusconi ya ocultó mucho antes, en 1997, una operación por cáncer de próstata, también en el Hospital San Rafael, de la que solo habló años después durante una reunión con los participantes de un centro de rehabilitación.
En 2006 volvió al quirófano para operarse del menisco y viajó a EE.UU. para que le instalaran un marcapasos que utiliza desde entonces y que no le impidió ejercer de primer ministro por tercera vez en Italia, desde 2008 a 2011.
Más adelante, en 2009, tuvo que ser hospitalizado después de que un hombre le golpeara con una estatuilla en un mitin electoral y, apenas salió, tuvo que regresar por una tendinitis de la mano izquierda en 2010.
Durante el año 2013 era habitual verle por los pasillos del Parlamento italiano con gafas oscuras, ya que fue intervenido por una enfermedad ocular llamada "uevitis" y fue operado de cataratas en 2016. Entre medias los médicos le sustituyeron el marcapasos y la válvula aórtica.
Desde 2019, cuando acudió al hospital por una obstrucción intestinal, sus ingresos hospitalarios han sido constantes, ya fuera por coronavirus y sus secuelas (2020) o problemas cardiovasculares tratados en Mónaco (2021).
En 2022 fue asistido por una infección de las vías urinarias y, desde entonces, ingresó en otras ocasiones bajo la justificación de "controles médicos" que ahora se enmarcan en el tratamiento de la leucemia recién confirmado.