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Los rectores, reacios a idear sus propias reglas disciplinarias

Los rectores rechazan la idea del Gobierno de que cada universidad ?invente? sus propias reglas de disciplina académica, apuestan por sanciones más pedagógicas y piden la derogación de la actual norma estatal que las regula, tras 55 años de vigencia.

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  • El presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE), Ángel Gabilondo. -
Los rectores rechazan la idea del Gobierno de que cada universidad “invente” sus propias reglas de disciplina académica, apuestan por sanciones más pedagógicas y piden la derogación de la actual norma estatal que las regula, tras 55 años de vigencia. 

Así lo explica en una entrevista con Efe el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Ángel Gabilondo, quien reclama al Gobierno un marco disciplinario homogéneo que luego las universidades puedan desarrollar con su autonomía. 

Tras calificar el proceso de Bolonia de “irreversible”, Gabilondo defiende que la Universidad busque fórmulas más pedagógicas en relación con las sanciones, sustituyéndolas por trabajo social y en beneficio de la comunidad en lugar de expulsar al estudiante. 

En este contexto, el rector de la Universidad Autónoma de Madrid cuestiona que el futuro Estatuto del Estudiante Universitario deba incluir todos los temas que pudieran afectar a los alumnos –desde sanciones disciplinarias hasta la propiedad intelectual– porque son asuntos ya regulados en la legislación general. 

Sobre el llamado proceso de Bolonia –convergencia en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)– el presidente de la CRUE afirma que no hay marcha atrás y que es el momento de debatir acerca de los modos de implantación y los recursos necesarios. 

Pide a los estudiantes contrarios a Bolonia que participen en el debate a través de los órganos de deliberación y decisión, y propone evaluar la puesta en marcha de las nuevas titulaciones y fórmulas de trabajo que exige el EEES. 

A su juicio, las universidades han hecho algo mal cuando no han sabido comunicar adecuadamente el significado y alcance de Bolonia, bajo cuya palabra –dice– se han incorporado todos los debates: globalización, límites de la democracia, justicia social o sentido de la universidad. 

“Se han juntado personas a las que no les gusta la universidad, personas a las que no gusta la democracia, personas a las que no gusta el sistema” y personas que engloban las tres anteriores categorías, afirma el rector, a quien “asustan tanto los forofos de Bolonia como los integristas” contrarios. 

Llama además la atención acerca de que las universidades que ya enseñan carreras adaptadas al EEES han aumentado la cifra de estudiantes, es decir, los alumnos “sí quieren un título que valga para toda Europa”. 

Preguntado por los referendos sobre Bolonia que exigen los estudiantes de algunas universidades, Gabilondo replica que la universidad se ha dado a sí misma órganos de representación y decisión constituidos legítimamente y democráticamente, en los que también participan los alumnos. 

Defensor de la participación de la sociedad en la financiación de la universidad pública, el presidente de la CRUE propone también buscar fórmulas mixtas (recursos públicos y privados) que no coarten “la libertad de investigación, ni de formación, ni de elección”. 

El rector pide además una financiación sostenible para la universidad y se opone categóricamente a recibir un solo euro “no vinculado a objetivos, indicadores y rendición de cuentas”.

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