El primer ministro australiano, Tony Abbott, se mostró confiado en Pekín de que los equipos de búsqueda encontrarán las cajas negras del avión desaparecido de Malaysia Airlines, pero advirtió de que aún se puede tardar "mucho tiempo" en conseguirlo.
"Al mismo tiempo que tenemos gran confianza en que las transmisiones que hemos registrado provienen de las cajas negras del vuelo MH370, nadie debe subestimar las dificultades de la tarea a la que nos enfrentamos", señaló Abbott en rueda de prensa en Pekín, donde se encuentra de visita.
El primer ministro australiano consideró que, aunque se ha delimitado la zona de búsqueda, "tratar de localizar algo en las profundidades del océano, a miles de kilómetros de tierra, es una ardua tarea".
"Es posible que aún continué por mucho tiempo", alertó.
Las declaraciones de Abbott se producen cuando la búsqueda en el océano Índico del avión desaparecido entró hoy en su trigesimosexto día, sin que la operación internacional haya captado señales acústicas en más de 24 horas.
Los expertos que determinan la estrategia de búsqueda volvieron a reducir la zona de rastreo para el sábado y seleccionaron un área de 41.393 kilómetros cuadrados situada a 2.331 kilómetros al noroeste de Perth, la capital del Estado de Australia Occidental.
El objetivo es delimitar y reducir la zona de busca marina lo más posible, y se trabaja contrarreloj porque la batería de las cajas negras dura en general unos 30 días, plazo que venció el lunes pasado.
Abbott se encuentra en China para una visita oficial de cuatro días. Durante su estancia, el viernes se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, al que le trasladó los últimos avances de la búsqueda del aparato, en el que viajaban 239 personas, entre ellas, 154 ciudadanos chinos.
Antes de su rueda de prensa, el primer ministro australiano hoy se reunió con el vicepresidente Wang Yang, con el que acordó impulsar el intercambio económico, una de las claves de la visita de Abbott a la segunda economía mundial.
El avión desaparecido despegó de Kuala Lumpur el pasado 8 de marzo y estaba previsto que aterrizara en Pekín, aunque desapareció de los radares unos 40 minutos después de abandonar el espacio aéreo malasio.