El papa Francisco encontró hoy por sorpresa a decenas de ex niños filipinos de la calle que han sido ayudados por la asociación Ank-Tnk y a quienes abrazó e incluso sentó en sus rodillas.
Tras la misa en la catedral de la Inmaculada Concepción de Manila, Francisco se trasladó a una de las sedes de esta asociación para encontrar a cerca 200 y 300 niños salvados de la calle.
El centro, que está dirigido por un padre jesuita francés, da acogida a unas 20 de niñas, pero hoy llegaron niños de otras de estas casas para ver al papa.
El papa habló con ellos en español y los niños, de entre 6 y 10 años, no dudaron en abrazar al papa, besarle e incluso dos de ellos, los más pequeños, se sentaron en la rodillas del pontífice.
Hubo cantos de los pequeños y también le entregaron algunos regalos.
Al encuentro participó el arzobispo de Manila y presidente de la Conferencia Episcopal filipina, Luis Antonio Tagle.
La asociación que opera en varios países se encarga de salvar a los niños de los horrores de la calle: mendicidad, violencia, droga, prostitución.
El cardenal Tagle se encargó en octubre del año pasado de le ha llegar un vídeo junto con miles de cartas de estos niños al papa en el que le invitaban a que viniese a encontrarles.