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Pionyang tensa más la cuerda testando 2 misiles balísticos de corto alcance

Envía un mensaje más contundente a Seúl y Washington, que han expresado su preocupación por este lanzamiento

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  • Kim Jong-un. -

Corea del Norte testó hoy dos misiles balísticos de corto alcance (SRBM), lo que supone su segunda prueba de armas en una semana y envía un mensaje más contundente a Seúl y Washington, que han expresado su preocupación por este lanzamiento.

Según el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) el ejército norteño lanzó "dos misiles de corto alcance" a las 7.06 y 7.25 hora local de este jueves (22.06 y 22.25 GMT del miércoles) desde el condado de Hamju, en la provincia de Hamgyong del Sur (costa oriental del país).

Los proyectiles aterrizaron en aguas del Mar de Japón (llamado "Mar del Este" en las dos Coreas), recorrieron una distancia de unos 450 kilómetros y alcanzaron una altura máxima de unos 60 kilómetros.

El de hoy es el segundo ensayo de armas que realiza el régimen en una semana tras probar dos misiles de crucero el pasado domingo, aunque ese test se dio a conocer ayer y tanto Seúl como Washington quitaron peso al asunto, no lo publicitaron en su momento y destacaron que la ONU no sanciona ese tipo de proyectil.

ARMAMENTO DE MAYOR CALADO

Sin embargo, el armamento probado hoy obligó a emplear un lenguaje más rotundo.

Así, el Consejo de Seguridad Nacional surcoreano expresó tras el ensayo su "profunda preocupación" por el lanzamiento.

Aunque Seúl, de cara probablemente a mantener abierta la puerta a la cooperación intercoreana, evitó hablar específicamente de misiles balísticos de corto alcance (SRBM), los datos publicados son consistentes con este tipo de proyectil.

Tokio y Washington, más contundentes en su reacción, confirmaron que Pionyang testó hoy dos SRBM, algo que las resoluciones de la ONU sí castigan en el caso de Corea del Norte.

El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, condenó la acción subrayando que "amenaza la paz y la seguridad de Japón y la región circundante", y la cancillería japonesa presentó una protesta formal ante Corea del Norte, aunque tuvo que hacerlo a través de su embajada en Pekín, ya que ambos países no mantienen relaciones.

Por su parte, el Comando del Indo Pacífico estadounidense destacó "la amenaza que el programa de armas ilegales norcoreano supone para sus vecinos y la comunidad internacional".

El ensayo norcoreano de hoy cogió incluso al canciller ruso, Serguéi Lavrov, de visita en Seúl, donde ofreció una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo surcoreano, Chung Eui-yong, en la que instó a las partes implicadas a "renunciar a la carrera armamentística" para garantizar "la paz y la estabilidad" regional.

SISTEMAS DE MISILES SOFISTICADOS

A falta de que los sistemas de inteligencia militar de Seúl, Tokio y Washington establezcan con claridad qué tipo de armamento Pionyang ha testado hoy, los datos sobre rango y apogeo son consistentes con sistemas como los llamados KN-23 y KN-24.

Ambos son desarrollos relativamente nuevos -se probaron por primera vez en 2019- y tienen sistemas de guiado sofisticados que permiten trayectorias "aplanadas" o no completamente parabólicas.

Eso hace que estos misiles sean difíciles de interceptar y, pese a su corto alcance, supongan una potencial amenaza para países cercanos como Corea del Sur o Japón.

SEGUNDO ENSAYO EN UNA SEMANA

Los dos ensayos norcoreanos de armas de la última semana llegan en un momento marcado por las presiones norcoreanas para retomar el diálogo sobre desnuclearización, mientras Washington dice que está ultimando una revisión de su estrategia para lidiar con Corea del Norte.

La reacción discreta de Seúl y Washington ante el test del domingo con misiles de crucero apuntó a un aparente plan coordinado para facilitar el reinicio del diálogo, estancado desde 2019.

Sin embargo, el mensaje que parece enviar Pionyang con la prueba de hoy hace pensar que al empobrecido país, golpeado además duramente en el plano económico por la pandemia, no le interesa un enfoque paciente sino ir elevando la tensión regional de cara a poder sentarse cuanto antes a negociar una retirada de sanciones.

El pasado enero, el líder norcoreano, Kim Jong-un, ya instó al nuevo Gobierno de Joe Biden a proponer nuevas alternativas para poder retomar pronto las conversaciones. 

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