La remasterización de "Darkness on the Edge of Town", publicado originalmente en 1978, aparece ahora en una edición especial que contiene un doble CD con 21 temas inéditos y dos DVD con varias actuaciones de la época y otra grabada el pasado año en la que Springsteen y la E Street Band interpretaron el álbum íntegro.
Esta monumental edición incluye además "The Promise: The Making of Darkness of The Edge of Town", el documental que muestra el proceso creativo del disco -presentado por Springsteen hace unas semanas en el Festival de Cine de Roma- y que funciona como hilo narrativo de todo el proyecto.
Bruce Springsteen había saltado a la fama en 1975 con "Born to Run", pero su prometedora carrera sufrió un imprevisto parón cuando quiso liberarse del férreo control al que le sometía el contrato que le ligaba a su representante, Mike Appel.
El litigio con Appel le impedía regresar al estudio de grabación y aprovechar el éxito de "Born to Run". Springsteen y su banda tuvieron que sobrevivir en los escenarios, mientras corrían el riesgo de engrosar la lista de "artistas de un solo éxito".
Cuando por fin pudieron volver al estudio, en 1977, Springsteen tenía el control artístico de su carrera y las ideas muy claras sobre lo que quería hacer con ella: el nuevo álbum seguiría el camino opuesto al del celebrado "Born to Run". El Boss explica ahora que no quería ser millonario ni famoso. Quería ser "grande".
La inspiración urbana de las canciones y los arreglos elaborados del anterior disco tenían que dejar paso a los grandes espacios abiertos y un sonido austero.
Inspirado por las películas norteamericanas de serie B, la temática "adulta" de las canciones del country -que había descubierto poco antes- y los personajes de las pequeñas ciudades en las que creció, Springsteen tenía en su cabeza una idea precisa de cómo debía sonar "Darkness on the Edge of Town".
Pero le costó meses y meses plasmarla en el estudio, donde puso a prueba la paciencia de sus músicos y técnicos de sonido con una determinación obsesiva.
La mente del Boss era un hervidero. De su cuaderno azul de anillas salían ideas de canciones, letras que reescribía una y otra vez. Un proceso que se puede seguir en el facsímil de aquel cuaderno que acompaña este lanzamiento.
Springsteen y su banda llegaron a grabar esos largos meses de sesiones hasta setenta temas. Sólo diez se incluyeron en el álbum.
Parte de las canciones restantes fueron utilizadas en "The River", el doble álbum editado en 1980; otras terminaron en "Tracks", la caja con material inédito publicada en 1998; ahora ven la luz 21 más.
Entre estas hay algunas que integraron el repertorio de algunas giras, como "Fire", y "Because the Night", que Patti Smith convirtió en su "único" éxito después de acabar de escribir la letra -según cuenta ella misma en el documental-.
En los 21 cortes de "The Promise" hay éxitos potenciales por los que algunas bandas matarían, pero que ciertamente no encajaban en el espíritu descarnado de "Darkness", como "The Little Things (My Baby Does) y "Ain't Good Enough For You"; otras, como la que da título al proyecto, merecen un hueco entre lo más destacado de la obra de Springsteen.
El paso del punk por aquellos años se dejó sentir en la crudeza del sonido de "Darkness", que explota con rabia para gritar las historias de los que se quedaron en la cuneta del sueño americano, entre los que Springsteen incluye a su propio padre.
Esa mirada solidaria y el compromiso con sus raíces de la clase trabajadora marcaran para siempre la obra de Springsteen, que convirtió los temas de este álbum en cantos a la resistencia frente a la desesperanza.
Han pasado 32 años y el Boss -61 años- y su banda mantienen en sus conciertos la capacidad de transmitir a cada uno de sus espectadores la esperanza de sobreponerse a la adversidad.
El año pasado regresaron a su casa, Nueva Jersey, para volver a tocar las diez canciones de "Darkness". Se les ve llenos de arrugas, pero sus miradas están cargadas del orgullo de quienes han demostrado que el camino más rápido no siempre es el correcto.