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Punta Umbría

Mendoza debe a Cercas la toma de ?distancia? ante la Guerra Civil

El escritor barcelonés Eduardo Mendoza, flamante Premio Planeta con Riña de gatos, ha confesado que debe mucho a la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, porque supuso una toma de ?distancia literaria?, un ?cambio de partitura?, ante la Guerra Civil española.

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El escritor barcelonés Eduardo Mendoza, flamante Premio Planeta con Riña de gatos, ha confesado que debe mucho a la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, porque supuso una toma de “distancia literaria”, un “cambio de partitura”, ante la Guerra Civil española.

Riña de gatos tiene como punto de partida la llegada de un inglés, Anthony Whitelands, al Madrid de 1936, antes del inicio de la Guerra Civil, para realizar una tasación de un cuadro del Siglo de Oro español, y en su estancia en España tendrá un encuentro con un personaje histórico relevante, José Antonio Primo de Rivera, y se verá envuelto involuntariamente en una conspiración a muchas bandas.

En una conferencia de prensa, la quinta de la gira por diversos puntos de España, junto con la finalista del Planeta, Carmen Amoraga, Mendoza ha señalado que Soldados de Salamina, de Javier Cercas, le ha influido mucho, no literariamente, pero sí en el enfoque “porque fue uno de los primeros libros que inaugura una nueva etapa de literatura sobre la Guerra Civil”.

“Cercas habla de la Guerra Civil con distancia literaria y eso me pareció muy liberador”, ha argumentado.
El protagonista, “que tenía que ser inglés y no suizo, alemán o ruso”, es “inocente en el sentido político, conservador, muy británico” y “por ser neutral, todo el mundo le trata de convencer de lo justo y lo acertado de su postura”. Además la Guerra Civil española ha sido desde siempre “patrimonio intelectual inglés con historiadores como Hugh Thomas, Gabriel Jackson, Gerald Brenan, Edward Carr, Antony Beavour, Paul Preston, y la pintura del Siglo de Oro, también”, ha añadido Mendoza.

Además, según el autor, el espionaje inglés estaba muy arraigado en Madrid, porque “todos sabían que lo que se jugaba en España era un ensayo general de lo que luego pasaría en Europa”.

Para la novela, el autor de La ciudad de los prodigios buscó una documentación específica que encontró en el archivo de la Guerra Civil que la Universidad de Barcelona (UB) custodia en el Pabellón de la República. “He leído todas las memorias de los protagonistas, la parte correspondiente al período anterior a la guerra, además de diarios, la prensa de la época, porque es importante que cuando se habla de un período histórico saber qué temperatura hacía, qué restaurantes había y las frases de los personajes históricos”, ha explicado el escritor.

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