Millás ?coquetea? en su última novela con la muerte y el mundo de los sueños

Publicado: 10/11/2008
A Juan José Millás le gusta ?coquetear? a través de la escritura con la muerte, uno de los grandes temas de la literatura universal, y en Los objetos nos llaman, su último libro, lo hace, además, con ?las otras? dimensiones de la realidad y el mundo de los sueños...
A Juan José Millás le gusta “coquetear” a través de la escritura con la muerte, uno de los grandes temas de la literatura universal, y en Los objetos nos llaman, su último libro, lo hace, además, con “las otras” dimensiones de la realidad y el mundo de los sueños, del que –dice– “se puede aprender mucho”.


Millás, en una entrevista con Efe, defiende que este libro de relatos breves puede hablar de tú a tú a cualquiera de sus anteriores novelas, incluida El Mundo, ganadora de los Premios Planeta y Nacional de Narrativa en 2007, y se muestra dispuesto a “combatir” la idea de que se trata de un “género menor”.


Para este valenciano afincado en Madrid desde niño, Jorge Luis Borges o Juan Rulfo representan a la perfección la tradición literaria de este género, y tiene claro que esa variedad es precisamente la que justifica su existencia como escritor.


“Ese recorrido por distintos géneros me divierte, me enriquece”, asegura Juan José Millás, para quien enfrentarse a un género u otro sólo depende de la “aptitud psicológica” del momento.


Para el escritor, resulta tan “inquietante como iluminador” pensar en los objetos como entes que nos observan, porque las personas –dice– se reflejan en sus objetos y algo de su identidad queda en éstos, motivo por el cual “nos dan tanto respeto los objetos de los muertos, porque sólo les pertenecen a ellos”.


Su deseo de que en Los objetos nos llaman (Seix Barral) pesaran a partes iguales la paradoja y la ironía se ve cumplido con creces, así como la unidad narrativa del conjunto, que muestra una especie de laberinto en el que el lector se introduce bajo la sorpresa de un final sorprendente.


La visión del mundo de Juan José Millás aparece a través de la abuela muerta, que llama al nieto mientras está en el tanatorio, una madre que reniega de su hijo ante sus amistades, un padre que hace absurdas predicciones o el secuestrador de un avión que pide que le den el Nobel de Química porque sus padres tienen una droguería y finalmente se contenta con el Nobel de la Paz.


En toda escritura, dice el autor, hay siempre elementos autobiográficos “más o menos elaborados” que, a la hora de darles forma, sufren un proceso de metamorfosis “mayor o menor”.

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