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Ronda

El Pregón de Semana Santa, "una gran catequesis para todos los cristianos"

Jaime Aranda destaca en su intervención los tres pilares fundamentales de las hermandades: la caridad, el culto y la formación

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El pregonero, después de su intervención.

El Teatro Municipal Vicente Espinel acogió este domingo el acto de proclamación del Pregón Oficial de la Semana Santa de Ronda organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías a cargo del cofrade Jaime Aranda Fernández, quien fue presentado por Alejandro Rey Garrido, un pregón “que se convirtió en una gran catequesis para todos los cristianos”, según la Agrupación de Hermandades.

El acto estuvo presidido por el sacerdote Francisco Sánchez, consiliario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, acompañado del presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Francisco Ruiz Arrocha, y miembros de la junta de gobierno, la alcaldesa, María de la Paz Fernández, y demás autoridades civiles y militares de la ciudad. 

En el escenario figuraba el cartel oficial de la Semana Santa de Ronda, que este año protagoniza una imagen del Cristo de la Buena Muerte, de la Hermandad del Ecce-Homo.

El acto comenzó con la interpretación del Himno de Andalucía, a cargo de la Asociación Musical Aureliano del Real, que en el transcurso de la jornada interpretó también la marcha procesional ‘Nuestro Padre Jesús’, de Emilio Cebrián, la marcha ‘La Madrugá’ de Abel Moreno, y el Himno de España, como cierre del acto.

Jaime Aranda, sevillano de nacimiento y rondeño de adopción, fue presentado por su amigo Alejandro Rey Garrido, que fue también hermano mayor de Padre Jesús, quien inició su intervención asegurando “nuestro pregonero no necesita presentador ni presentación, porque su persona está instalada con arraigo en el ánimo de los presentes desde siempre”.

Alejandro Rey convirtió su presentación en “un acto de agradecimiento y reconocimiento a un amigo, por el lazo que nos une desde hace varias décadas y que, en un derroche de generosidad, quiso contar con mi persona para acompañarle en este importante día para él, para su familia y para cuantos disfrutamos de su amistad”, para a continuación hablar de su trayectoria personal, profesional y cofrade.

Jaime Aranda inició su pregón con unos versos de ‘Canciones del Alma’ de San Juan de la Cruz para, como anunció, “ponerme en manos del amado. Dios y el alma, y nada más”, y con un poema sobre Ronda escrito por José María Tornay porque, como aseguró, “yo soy de Ronda, pese a lo que diga el DNI, soy rondeño”.

A continuación, mostró su agradecimiento a la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Ronda que, “en un gesto de amistad, generosidad y confianza, e incluso de valentía, han hecho recaer sobre mi persona el inmenso honor de pregonar la Semana Santa de Ronda” e insistió “inmenso pero también inmerecido honor, porque soy consciente de las carencias y la tremenda responsabilidad que ello me supone. Gracias por este regalo que me hacéis”.

También le agradeció a Alejandro Rey su “generosa presentación llena de elogios, que me hacen pensar hasta dónde puede llegar la amistad con la que me honra. Muchas gracias de corazón, amigo”.

Durante su intervención, Jaime Aranda explicó su intención de pregonar “mis sentimientos cristianos sobre las hermandades y sus catequesis, de Iglesia, sobre la Semana Santa de Ronda, con mis Cristos y, sobre todo, mis Vírgenes, y sobre mis más hondos sentimientos marianos, porque soy un creyente que ha llegado a Jesús por María”.

El pregonero quiso poner el énfasis en los tres pilares fundamentales de la Hermandad, caridad, culto –interno y externo- y formación.

La caridad, que “surge de un corazón solidario, sensible, que no busca el aplauso ni la fotografía fácil, aquella que encuentra su razón de ser en el Evangelio de Jesús y que no se mueve por conseguir admiración en la sociedad”, destacando el comportamiento “señaladísimo” que han tenido las hermandades durante la pandemia e insistiendo en que “la caridad cristina debe redundar necesariamente en nuestras parroquias y nuestros hermanos necesitados”.

También habló del culto externo de las hermandades que se visualiza con la estación de penitencia a la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro con sus sagrados titulares, y el culto interno que acaban con la celebración de la eucaristía, haciendo especial hincapié en el acierto de la Agrupación de Hermandades al instaurar el Vía Crucis el primer viernes de Cuaresma.  

Jaime Aranda se detuvo especialmente en el papel formativo de las hermandades, “donde podemos tener más carencias”, entendiendo que “para un cristiano la formación es una pieza clave en la vida espiritual porque dando la razón de nuestra fe es la mejor forma de evangelizar y de cumplir la misión profética”. De ahí, que considerase que “las hermandades tenemos la obligación de fomentar la formación cristiana de todos aquellos que la integran. Debemos ser Iglesia de brazos abiertos, actualizando el lenguaje para hacer más atractivo el Evangelio”.

También apuntó a los jóvenes, que “también son Iglesia”, como “misioneros de otros jóvenes como ellos”, destacando la necesidad de velar por la formación cristiana de todos ellos con un programa completo de actividades, pero, sobre todo, dándoles su sitio “porque son el presente y el futuro de nuestras hermandades”. “La juventud cofrade es la esperanza del futuro”, insistió, y puso como ejemplo las juventudes cofrades de las hermandades del Huerto y las Angustias con su Vía Crucis del Viernes de Dolores.

A continuación, el pregonero hizo un recorrido por los distintos eventos que se desarrollan durante la Semana Santa Rondeña, el Domingo de Ramos con la bendición de las palmas; el Martes Santo con el Vía Crucis penitencial organizado por la Agrupación de Hermandades, el Jueves Santo, con la simbología del lavatorio de pies de lo que ha sido la vida de Jesús; el Viernes Santo con la visita a los sagrarios y el silencio imperante en los distintos templos, o el Sábado Santo con la vigilia pascual, “en la que celebramos el acontecimiento de donde arranca nuestra fe”.

En su paso por todas y cada una de las hermandades de Ronda, Jaime Aranda se refirió en una primera intervención a los Cristos titulares de las distintas cofradías y a los cortejos que les acompañan, y finalmente a cada una de sus Vírgenes, como cristiano devoto manifiestamente mariano.

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