Con la temporada de verano encarando su final, se celebran muchos eventos en Rota a modo de despedida. Uno de ellos, con el paso de los años, se ha venido celebrando hasta consolidarse como una tradición arraigada de la que forman parte pequeños y mayores. Es la pisada de la tintilla que reúne cada verano en la Plaza Bartolomé Pérez a decenas de personas atraídas por la idea de poder disfrutar de un evento divertido y familiar, pero sobre todo reivindicativo con una tradición milenaria de nuestro pueblo. El sector vitícola siempre ha sido, después de todo, un pilar esencial de un pueblo como Rota labrado históricamente por manos de agricultores. Un área que atraviesa desde hace muchos años una situación delicada, especialmente por la ausencia de un relevo generacional garantizado, por lo que esta pisada se volvió a presentar, de la mano de Bodegas ‘El Gato’, como una primera toma de contacto de lo más entretenida con este sector. A ojos de los más pequeños, lo más parecido a pisar charcos después de la lluvia. Un plan ideal para pasar la tarde.
Por eso, largas filas de personas procedentes de distintas localidades vecinas e incluso del exterior se formaron en torno al escenario situado en este espacio emblemático enclavado entre el Castillo de Luna y la Parroquia de Nuestra Señora de la O, para pisar los más de 200 kilos de uva tintilla que se depositaron en un gran agar y, así, hacer el mosto de este típico producto roteño con las propias suelas de sus pies. Todos compartieron esta divertida experiencia. Algunos por primera vez y otros que continuaron con una tradición que llevan haciendo toda la vida, como Esther García, delegada de Turismo del Ayuntamiento de Rota, que, además, recibió un inesperado reconocimiento por parte de Bodegas ‘El Gato’. Isabel López, perteneciente a la cuarta generación de bodegueros roteños, fue la encargada de entregarle el homenaje a la delegada para ponerle la nota emotiva a una noche que culminó con la actuación musical de Pepi Escalante y Lolisa Armario.
