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Rota

Y el cielo se abrió para acompañar a la Salud y la Caridad en su ansiado regreso

Tras la imposibilidad de realizar el año pasado su estación de penitencia debido a las inclemencias meteorológicas, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, María Santísima de la Caridad y Juan Evangelista volvió a convertirse en dueña y señora del Miércoles Santo roteño

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  • CRISTO DE LA SALUD -

Miércoles Santo de pasión e incertidumbre en el que los cofrades roteños se despertaban mirando al cielo con la inquietud del recuerdo de un 2013 en el que la Hermandad de la Salud tuvo que quedarse en su capilla. Pero este año la lluvia le ha dado una tregua a la que es la segunda hermandad más joven de la localidad. Así, entorno a las ocho y media de la tarde, la capilla de la Caridad abría sus puertas por primera vez esta Semana Santa para presenciar el ansiado regreso de Nuestro Padre Jesús de la Salud acompañado de su madre María Santísima de la Caridad.

Solemnidad y recogimiento entre los primeros nazarenos que precedían a Nuestro Padre Jesús de Salud en sus Tres Caídas en su ascenso al Gólgota.

Y allí estaba Él. El Cristo de los ojos anhelantes. El de la mirada perdida en el dolor y el sacrificio. El Cristo de la Salud iniciaba su peregrinar por la localidad en el año en el que se cumple el cincuenta aniversario de su imagen exhibiendo con orgullo un boche alusivo a esta efeméride, junto a numerosos estrenos: camisa interior y túnica de terciopelo morado de Lyon, Calvario y nuevos faldones del paso concluidos. Pero, sin duda, el más llamativo es la piedra sobre la que se apoya Jesús, obra del artista local Rafael Verano.

A su salida de la Caridad, Jesús de la Salud en sus Tres Caídas fue recibido por un cielo abierto y limpio, como la voz torrencial que, desde un balcón de la Plaza de Andalucía, le dirigía una hermosa saeta al titular de esta hermandad.

Tras su paso, una nueva cohorte de numerosos nazarenos y miembros de la Sección Juvenil de la hermandad, la procesión de la Salud es una de la más concurrida de la localidad en este sentido, precedían al paso de la bella Virgen de la Caridad junto al apóstol San Juan Evangelista, obras ambas de Juan Manuel Miñarro.

Una Virgen bajo palio que despertó la admiración de los asistentes tras ser alzada en por sus costaleros en la puerta de la iglesia de la Caridad, instantes antes de comenzar su procesión. Precedida, al igual que su hijo, por una sentida saeta, la Caridad se abrió paso entre la muchedumbre que contemplaba su procesionar mientras la noche caía en Rota bajo los acordes de la Banda Municipal de Música ‘Fernando Guerrero’ de la localidad sevillana de los Palacios.

Larga e intensa fue la noche del Miércoles Santo en la localidad. Después de casi cinco horas de sobria procesión por el casco histórico de Rota, poco antes de la una y media de la madrugada, el Cristo de la Salud y la Virgen de la Caridad regresaban a su capilla con unas calle Charco y plaza de Andalucía sumidas la más absoluta oscuridad en aras de la máxima seriedad y recogimiento.

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