Si se pregunta cuándo lo van a arreglar dirán que "ya está previsto" pero el verano va pasando que es cuando más afluencia de personas y sobre todo del personal usuario hay en el Parque del Barrero, también llamado Campo de la Constitución. Y en otoño y en invierno, que ya no se sabe cuándo son de verdad salvo por lo que dicen los astrónomos, también hay niños jugando.
Hay denuncias puestas en todos los organismos correspondientes, partidas para arreglar algunos -pero no para cerrar los que pasarían la mínima inspección de sentido común- y hasta dicen que hay un parque detrás de los pisos de la calle Arapiles que está en buenas condiciones. Sus motivos tendrá, que los tiene.
Pero los parques infantiles -y el del Barrero, en pleno centro, es un botón de muestra- siguen igual. Está previsto su arreglo, pero lo que es una realidad es que no está en las prioridades de los responsables municipales. Y si no los arreglaron antes de las elecciones...
Eso es en lo que respecta al material infantil. Los aparatos de gimnasia están clausurados o al menos cualquier persona inteligente puede ver que las vallas están para algo, aunque basta ver los aparatos. Luego está el edificio del centro del parque, el que sirve para todo menos para mirar el horizonte.
Abandonado, destrozado por los gamberros, el entorno igual pero sobre el incivismo de algunos está la dejadez del Ayuntamiento, porque eso no está así desde hace un mes, ni dos meses, ni tres, ni cuatro. Ahora, además, el parque está abierto. No hay guarda. ¿Qué sale más caro?