La Adoración de los Reyes Magos en el pesebre instalado en el escenario del Castillo de San Romualdo, ante centenares de personas, pone fin a unas fiestas que este año han estado marcadas por el tempranero alumbrado y por las actividades que se han organizado en beneficio del comercio local -el este como parte activa en la programación- para intentar subir las ventas.
Pero sobre todo el amplio programa de actos ha estado llamado a cubrir las expectativas de toda clase de públicos, pero especialmente el infantil al tratarse de unas fiestas religiosas en las que se mezclan los principios mismos de la sociedad. O sea, la familia, los amigos y la ilusión de pequeños y mayores.
La Cabalgata de la Ilusión de este año, con más carrozas que el año pasado al ser más numerosa también la comitiva del Heraldo Real que como el resto de los personajes que encarnan a estas figuras entrañables para todos, han puesto toda la carne en el asador para que el éxito acompañara este último acto.
El acierto que fue en su día adelantar la hora de llegada de los Reyes Magos a Bahía Sur, con la inestimable colaboración de la Policía Nacional que cada año los transporta en helicóptero, es algo que vienen agradeciendo las familias porque se adapta más al horario de los pequeños.
Y el adelanto de la salida también permite estar más tiempo en la calle haciendo las delicias que las miles de personas que flanquean su paso desde el principio hasta el final. Este año ha sido menos porque la Cabalgata ha llegado al castillo antes de lo habitual otros años.
El Heraldo Real el sábado, los Reyes Magos el domingo, han hecho girar las miradas a la tradición más arraigada en la sociedad española, la de los Reyes Magos que en el acto de la Adoración sobre el escenario del Castillo de San Romualdo pidieron lo mejor para los isleños, para los jóvenes que tienen que encauzar sus vidas y para los niños que este lunes festivo que se abre con sones militares -en la Capitanía es la Pascua Militar- jugarán por la ciudad con sus regalos.
Mención aparte merece la intervención de Baltasar, en nombre de los tres Reyes, antes de finalizar el acto. Pidió que la gente ayude a la gente que menos tiene y si es posible le dé lo que sólo pueden dar los corazones grandes: la sangre, los órganos para que otras personas vivan
“Dona sangre, dona órganos, dona vida”. Una maravillosa forma de esperar lo que deparan los tres Reyes Magos en cada una de las casas de San Fernando.