Virginia Domínguez Barrera no da crédito todavía hoy 20 días más tarde a la pesadilla que ha vivido con su madre, usuaria de la residencia de Cruz Roja que padecía alzheimer y que en una primera prueba rápida practicada el 25 de marzo dio negativo por COVID-19, pero que sin embargo falleció el 6 de abril como consecuencia de un fallo multiorgánico y dando positivo en el test post mortem en coronavirus.
“Tras conocer que había dado negativo el 25 de marzo y una semana antes de que falleciera tuvimos con ella una videollamada y lo cierto es que la vimos bastante animada, dentro de su enfermedad”, relata Virgina, quien añade que “ya el fin de semana volvimos a contactar con ella y lo cierto es que la vimos un poco más apagada. Incluso el día antes de fallecer hablamos con el personal de la residencia, que he decir que son fabulosos, y nos dicen que todo está correcto con nuestra madre”.
Pero para su sorpresa y la de su familia ese lunes 6 de abril les llamaron por la tarde desde la residencia para comunicarles su fallecimiento. Sin embargo, tuvieron que esperar al martes por la tarde para que un auxiliar les notificase que “había fallecido por un fallo multiorgánico y que probablemente fuese derivado del coronavirus”.
A renglón seguido ella preguntó los motivos por los que no se le realizaron nuevas pruebas para determinar si era positivo por COVID-19, “pero me indicaron que no tenía síntomas y por eso no se las practicaron. Mi pregunta fue si no tenía síntomas y no se le hicieron pruebas, en qué se basaban para determinar que la muerte fue por el fallo multiorgánico y ya está...”.
La afectada indica incluso que cuando dio negativo pidió llevarse a su madre de la residencia, pero dada la situación sanitaria no fue posible.
“Nefasta gestión”
Virginia Domínguez Barrera se muestra muy contrariada por la forma de actuar de la dirección de la Residencia de la Cruz Roja, calificando su gestión de “nefasta” durante la pandemia y con “información a cuentagotas”. Y finaliza indicando que “solo pido justicia por mi madre, y espero que el que lo haya hecho mal, lo pague”.
La afectada incluso está dispuesta a ir a más y pide el apoyo de otros familiares que se hayan visto en la misma situación que ella para hacer un frente común contra lo sucedido en la Residencia de Cruz Roja de San Fernando.