Agentes de la Policía Nacional que llevan a cabo la investigación de la muerte de un hombre hallado muerto en su domicilio en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con signos de violencia, por cuyos hechos ha ingresado en prisión sin fianza su hijo como presunto autor de un delito de homicidio, han encontrado el arma usada que el supuesto autor tiró a la basura antes de acudir a Comisaría a denunciar que había encontrado a su padre muerto. Además, la investigación apunta como móvil del crimen, presuntamente, a motivos económicos, según han indicado a Europa Press fuentes policiales.
La investigación comenzó el pasado día 13 cuando el hijo del fallecido, de 18 años, se personó en la Comisaría manifestando que minutos antes, al regresar a su domicilio, había descubierto a su padre
tendido en el pasillo de entrada de su domicilio en un gran charco de sangre y con varias heridas en su espalda, creyendo que estaba muerto.
Una vez en el lugar de los hechos, los agentes de la Policía Nacional comprobaron la veracidad de los hechos relatados, procediendo a realizar una inspección técnico policial de lugar una vez se personado el Juez de Guardia. Los agentes pudieron comprobar que el crimen se había ejecutado con una "gran violencia", ya que la víctima presentaba numerosas heridas de arma blanca en pecho, espalda y cabeza, siendo perseguido, al parecer, por su atacante desde el salón del domicilio, donde aparentemente se inició el ataque, hasta caer finalmente muerto en las proximidades de la puerta de acceso a la vivienda.
A partir de ahí, los agentes tomaron declaración al hijo, que tras, supuestamente, encontrar muerto a su padre no tuvo una primera reacción de llamar a los servicios de emergencia o familiares ni requiriendo ayuda vecinal, sino que optó por ir a Comisaría.
Al día siguiente de los hechos, los agentes realizan una nueva inspección ocular del lugar del crimen, tomando declaración al hijo para corroborar los aspectos más confusos de su declaración sobre la versión de los hechos, obteniendo una serie de indicios que apuntaban a que
el hijo nunca abandonó el domicilio familiar. Así, tras una nueva declaración, terminó por reconocerse como autor del crimen.
Por otra parte, los investigadores, a través de la visualización de varias de las cámaras de seguridad de las zonas próximas al domicilio donde ocurrieron los hechos, pudieron comprobar que el detenido salió de su domicilio en dirección a Comisaría con un paso calmado y portando en una de sus manos una bolsa de color gris.
Ante la sospecha de que pudiera tratarse de una bolsa donde pudiera estar el arma usada y que fuera arrojada a algún contenedor de basura, los agentes requirieon al servicio de basura del Ayuntamiento salvaguardar todos los residuos urbanos recogidos esa noche, deteniendo su tratamiento de reciclado.
Así, al día siguiente se transportaron más de 33.000 kilos de basura almacenados en la planta de tratamiento de Sanlúcar a una explanada situada en el centro de tratamiento de la empresa Bioreciclaje de Medina Sidonia, donde se desplazaron los agentes y, tras varias horas de búsqueda, hallaron la bolsa, en cuyo interior se encontró un cuchillo de cocina, la ropa que testigos previamente habían descrito como que portaba el detenido por la mañana, unos calcetines y unos guantes de látex, todos con manchas de sangre.
En cuanto al móvil del presunto autor, la investigación apunta al aspecto económicos, ya que el hijo había realizado varias operaciones económicas, sin consentimiento del padre e incluso usando su nombre para abrir cuentas bancarias, que le habían reportado una considerable deuda.
El ambiente crispado por esta situación, culmina con el homicidio, centrándose la investigación ahora en determinar el modo en que se inició la agresión, al considerar los investigadores poco verosímil la primera versión aportada por el detenido, que manfiestó que la muerte se produjo en el contexto de una pelea iniciada por la víctima, ya que el fallecido no presentaba ni una sola herida o contusión que indique señales de lucha en el lugar de los hechos. Además, la recuperación de los guantes de látex ensangrentados apuntan a una preparación previa de la agresión.