Los derbis sevillanos tienen la capacidad de durar más de 90 minutos. Estos partidos suelen empezar la semana de antes, y pueden terminar hasta meses después. El encuentro del pasado domingo tiene muchas papeletas para ser de estos últimos. Tan sólo la decisión de Martínez Munuera de señalar penalti por mano de Diego Llorente ya ha provocado que el Real Betis haya requerido a la Real Federación Española de Fútbol los audios de la Sala VOR durante ese momento del partido.
Esa acción ha colocado al colegiado en el punto de mira del beticismo, pero otro de los protagonistas de la jugada también se ha situado en el ojo del huracán. La rajada de Diego Llorente en zona mixta podría costarle algún partido de sanción, especialmente por acusar a Martínez Munuera de “mentirme en la cara” y asegurar que el penalti es “una falta de respeto al escudo y al fútbol”.
Durante el partido no hubo más acciones polémicas, aunque el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán fue testigo de un hecho que ha generado polémica en la planta noble del Real Betis. Al finalizar el encuentro, los canteranos del Sevilla encabezados por Isaac Romero sacaron una bandera con el escudo del eterno rival tachado. Juanlu, Carmona y Kike acompañaron al lebrijano luciendo la insignia, y el combinado heliopolitano ha decidido tomar medidas y denunciar este hecho a la Comisión Antiviolencia, creando un gran debate entorno a este detalle de los jugadores sevillistas.
Tampoco se libró el palco de la tensión propia de estos partidos, enfrentando a representantes de ambas instituciones. Tras el pitido del colegiado, mientras la directiva bética abandonaba el palco blanquirrojo, Joaquín Caparrós comenzó a acompañar los cánticos de la afición sevillista de “otro año igual” en alusión a la victoria en el derbi. El presidente verdiblanco Ángel Haro se encontraba en ese momento saliendo de su asiento, y recriminó al exentrenador utrerano su actitud, aunque el incidente no llegó a mayores tras la intervención de algunos presentes.
No fue este el único enganchón que se vivió en la zona noble del Ramón Sánchez-Pizjuán, aunque en esta ocasión el altercado fue entre dos sevillistas. José María del Nido Benavente zarandeó e increpó a Lucas Fernández de Bobadilla, abogado del Sevilla que defendió al consejo de administración en la vista oral de comienzos de mes. Cuando los béticos presentes comenzaron a cantar “el palco es verdiblanco”, en alusión a las acusaciones sobre que algunos miembros de la cúpula blanquirroja son aficionados del Betis, el máximo accionista del conjunto nervionense comenzó a señalar tanto al letrado como a Alberto Pérez-Solano, jefe de los servicios jurídicos del club acusándolos de ser causantes de la mofa heliopolitana: “Esto va por ti, va por vosotros”. Según la información de Cadena COPE, Del Nido terminó agarrando a Fernández de Bobadilla de la solapa mientras lo zarandeaba a grito de: “Te voy a partir los dientes y te los voy a sacar de uno en uno”.
Sin duda, esta serie de episodios solamente afean la imagen de un derbi alabado en todo el mundo. Hechos aislados que, vistos en conjunto, terminan por tapar la fiesta del fútbol nacional que es este partido.
