"Que tengo que entrar en la cárcel, vale", ha dicho el acusado de haberse apropiado de casi 170.000 euros aprovechándose de su cargo
El mayordomo de la hermandad sevillana del Valle entre 2007 y 2015, que está acusado de apropiarse de casi 170.000 euros aprovechándose de su cargo, ha admitido ante el tribunal que lo juzga que su gestión fue "nefasta", pero ha asegurado que no se llevó "dinero alguno".
La hermandad, una de las más señeras de la capital andaluza y personada como acusación particular, ha reconocido el "fracaso" de haber instaurado y mantenido "un sistema deficiente" y "sin ningún control" sobre la gestión económica que la propia corporación "propiciaba aunque no alentaba" y que "ya ha sido subsanado".
También ha asumido que este proceso judicial supondrá "un antes y un después" para la cofradía porque le "ha causado una herida que tardará años en cerrarse", según han informado fuentes judiciales a Efe.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha dejado este Viernes de Dolores visto para sentencia el juicio contra A.M.C.L., para quien la Fiscalía ha ratificado su petición de tres años y medio de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida, aunque también ha dejado la solicitud inicial de indemnización de 175.982,88 euros en algo más de 162.000.
La representante del Ministerio Público ha señalado que lo ocurrido no fue una "distracción de dinero por equivocación" y ha resaltado que, a pesar de que la contabilidad era "deficiente" y podía "dar lugar a descuadres", el desajuste "no fue de 6.000 o 7.000 euros, sino de más de 100.000".
En el ejercicio de su derecho a la última palabra, el exmayordomo ha señalado que la forma de llevar la contabilidad de la hermandad "daba pie a muchas cosas", aunque ha matizado que él no se apropió "de nada", de ahí que no quisiera llegar a un acuerdo para evitar el juicio.
"Que tengo que entrar en la cárcel, vale", ha dicho el encausado, quien realizó varios reconocimientos de deuda durante los meses posteriores al final de su cargo, entre 2015 y 2016.
"No sabía ni lo que firmaba", ha comentado, también en alusión al "trastorno depresivo total" que aseguró sufrir entonces y al "acoso y derribo total por parte de la antigua junta de gobierno", como ha denunciado su abogado.
"Claro que existió un descuadre, pero no se debió a los mayordomos sino a la falta de rigor del sistema", ha expuesto este letrado en su informe final, en el que ha hablado de "un auténtico desastre por la falta de contabilidad y por la dejación" de uno de los hermanos mayores.
La defensa ha insistido en pedir la absolución, pero en caso de condena por apropiación ha solicitado un año de prisión y que se estime la atenuante de dilación indebida.
Durante el juicio, el acusado se autodefinió como "un chiquichanca" que se "comía muchos marrones", pero la hermandad le ha recordado que ocupó de forma "voluntaria" un cargo de responsabilidad "que no era cualquiera".
"El sistema era malo, pero el acusado se beneficiaba de él", ha añadido el representante legal del Valle, quien ha considerado que la presunción de inocencia quedó "desvirtuada" en el momento en que A.M.C.L. "reconoció públicamente su culpabilidad".
En este sentido, la fiscal ha citado hasta "ocho reconocimientos verbales" por parte del encausado, que no siempre señaló las mismas cantidades "porque no sabía cuánto sustraía", según la hermandad.
En cuanto a la coacción que el exmayordomo denunció haber sufrido, las acusaciones han coincidido en que "ni un solo testigo" ha corroborado esa hostilidad.