La Guardia Civil ha desarticulado en Barcelona una red que importaba vehículos de Asia y los matriculaba en España con certificados falsos, ha incautado 22 coches y ha detenido a dos personas mientras que otras 11 están bajo investigación, la mayoría responsables y empleados de una ITV.
Según ha informado este lunes el instituto armado, la banda contaba con la colaboración de una estación de ITV ubicada en Cataluña que, sin comprobar los datos que figuraban en los certificados de conformidad, le facilitaba la tarjeta de inspección técnica previa a la matriculación.
Las personas detenidas y las investigadas en este dispositivo de la Guardia Civil, denominado Exemplum, están acusadas de los delitos de falsedad documental, estafa y contra el mercado y los consumidores.
En cuanto a los 22 vehículos incautados, supuestamente no cumplían con las condiciones técnicas necesarias para que se pudiera emitir la tarjeta de inspección.
La investigación se inició cuando la Guardia Civil recibió información sobre una empresa ubicada en Barcelona, que estaba importando del mercado asiático vehículos que llevaban un certificado cuyos datos no coincidían con los del propio vehículo.
En concreto, la contraseña de homologación que aparecía en la documentación no se adecuaba a la marca, modelo y tipo de vehículo, ni pertenecía al fabricante que supuestamente lo emitía.
Se trata de vehículos de la categoría L6e, denominados "microcoches", que pueden ser conducidos con una licencia de conducir, es decir, por menores de edad -mayores de 15 años-, cuando en realidad por medidas, pesos, velocidad y homologaciones deben ser calificados como L7e, que requieren de permiso de conducir de la categoría B.
Para ello, el empresario que importaba los vehículos contó con la colaboración de una estación de ITV ubicada en la provincia de Barcelona, cuyos inspectores y director técnico, examinando exclusivamente los datos básicos y sin hacer las comprobaciones correctas, le facilitaban la tarjeta de inspección técnica necesaria para comercializarlos en España.
Posteriormente, se dirigían a las jefaturas provinciales de Tráfico de Barcelona y Tarragona, donde obtenían el permiso de circulación.
Las personas que los adquirían eran engañadas, pensando que compraban vehículos que se podían conducir con licencia, cuando debido a sus dimensiones se precisa un permiso superior de clase B.
El "modus operandi" utilizado era siempre el mismo: el empresario español contactaba con su homólogo asiático, que mediante transporte naval y en contenedores enviaba los vehículos al puerto de Barcelona.
Una vez en territorio español acudían a la estación de ITV con un certificado falso, donde los técnicos plasmaban los datos tal cual, sin comprobarlos y se emitía la tarjeta de inspección técnica, previa a su matriculación.
En el marco de esta operación policial ha sido detenida una persona por los supuestos delitos de falsedad documental, estafa y contra el mercado y los consumidores (publicidad engañosa) y el director técnico de la ITV, por falsedad documental.
Además, once trabajadores de esta ITV se hallan investigados, también por falsedad documental.
El principal investigado habría obtenido, gracias a la importación fraudulenta y la venta de estos vehículos, beneficios por un valor superior a los 350.000 euros.