Decenas de personas del colectivo de perjudicados Fórum y Afinsa se han manifestado este sábado en Madrid para que el Estado devuelva el dinero que les "han robado" y que les proporcione una "solución política".
VISTO PARA SENTENCIA
El juicio por la presunta estafa de Fórum Filatélico ha quedado este viernes visto para sentencia una vez que los acusados han hecho uso de su última palabra, tras ocho meses de sesiones en los que han desfilado cerca de 150 personas, entre acusados, testigos y peritos.
Once años después de la intervención judicial, en mayo de 2006, la excúpula de la sociedad se sentó por fin en el banquillo con sus miembros acusados de estafa, insolvencia punible, falseamiento de cuentas y blanqueo de dinero.
Por todos estos delitos, el que fuera presidente de Fórum, Francisco Briones, se enfrenta a una petición de condena de hasta 19 años de cárcel como "líder de una organización de marcado carácter presidencialista" que dejó un desfase patrimonial de 2.848 millones, como consta en el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción.
Haciendo uso de su derecho a la última palabra, Briones ha pedido hoy entre lágrimas "perdón y clemencia" a los clientes que han perdido sus ahorros y de cuyo dolor es consciente y a los que le acompañan en el banquillo como colaboradores, algunos de los cuales también se han disculpado ante el tribunal.
Esta última semana la han monopolizado los abogados defensores, entre ellos la letrada Minerva Díaz en representación de Briones, que resaltó las "abismales diferencias" entre este proceso y el caso Afinsa, cuya antigua cúpula fue condenada a hasta 8 años de prisión por estafa masiva, pena ratificada por el Tribunal Supremo aunque aún no han ingresado en prisión.
Otros acusados han alegado que sus labores en la empresa se limitaban "a mecanografiar" -Belén Gómez Carballo-, que su jornada laboral "era la que era y no podía hacer nada más que trabajar" -Abelardo Elena-, que su situación económica es "lamentable y no puede hacer frente a ninguna clase de multa" -Pedro Ramón Rodríguez-, o que una condena supone "la muerte civil" -Domingo Cuadra-.
"La calidad de los sellos era extraordinaria" y "no valían papelitos de colores", aseguró la representante legal de Francisco Briones, que insistió en que Fórum "ni era una entidad financiera ni ofreció servicios financieros a sus clientes", y nunca encubrió operaciones de corte bancario bajo la apariencia de compraventas de sellos simuladas.
El expresidente se habría encargado de fijar personalmente el precio de los sellos y junto con otro de los acusados, Carlos Llorca, actualmente en busca y captura y supuestamente refugiado en Isla Margarita (Venezuela) tras haberse sometido a varias operaciones de cirugía estética, embarcó a Fórum en numerosas inversiones.
A Llorca, "convidado de piedra" en el juicio dada su ausencia, en palabras de uno de los abogados, le han atribuido la mayoría de los acusados gran arte de la responsabilidad, no tanto en la operativa con los sellos como en las operaciones de movimientos de capital.
Para el fiscal anticorrupción Juan Pavía está claro que Briones y Llorca realizaban operaciones inmobiliarias con fondos procedentes de los inversores, previamente desviados a cuentas bancarias de sociedades controladas por ambos.
Anticorrupción extiende, además, su acusación a otras 29 personas, incluidos el que fuera director general Antonio Merino Zamorano; el Consejo de Administración integrado por Miguel Ángel Hijón, Agustín Fernández, Francisco José López Gilarte y Juan Maciá; y el asesor jurídico, Juan Ramón González.
Para ellos solicita penas de hasta once años de prisión por participar de una actividad de captación masiva de fondos mediante contratos de inversión filatélica que ofrecían elevadas rentabilidades abonadas con las aportaciones de otros clientes dentro de un esquema piramidal.
Anticorrupción sostiene que Fórum desplegó durante años una actividad de captación masiva de fondos que alcanzó los 11.200 millones entre 2000 y 2005, mediante la suscripción de unos contratos de inversión filatélica en los que ofrecía rentabilidades superiores a las ofrecidas por los bancos.