La puerta de la XI Temporada Lírica de Torremolinos se abrió el primer viernes de julio. Es una puerta abierta, no solamente a la admiración escénica, sino de manera especial al enriquecimiento del nivel cultural musical, porque las anchas tablas del Auditórium Municipal Príncipe de Asturias, que tantos actores y actrices alaban merecidamente, son realmente escuela que al neófito instruye. Si de veras se desea nutrir el espíritu, cuanto en la escena sorprende y causa admiración popular ha de ser complementado con la consulta enciclopédica de los eventos que en el proscenio se desarrollan. Una sencilla visita a la biblioteca y a las páginas informáticas nos abre las ventanas de la mente y nos descubre un sorprendente nuevo mundo.
En este primer día de la temporada todos nuestros aplausos se los ha llevado, con sobrados merecimientos, el elenco de actores que tan maravillosamente ha interpretado el guión de la Zarzuela "La Revoltosa", genial obra del Maestro Ruperto Chapí y de los libretistas José López Silva y Carlos Fernández Shaw. Emotiva fue la interpretación, entre otros, de los malagueños Rodrigo José Domínguez, tenor, y Azucena del Castillo, soprano. "La Revoltosa", sainete lírico de gran maestría en un acto, fue estrenada con clamoroso éxito en el Teatro Apolo de Madrid el 25 de noviembre de 1897, siendo dirigida la orquesta por el propio compositor de la música. Junto con "La Verbena de la Paloma", libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón, "La Revoltosa" está considerada como la obra cumbre del que injustamente apodan "género chico", el cual causó tal admiración al famoso compositor francés Camilo Saint-Saens, que, después de acudir al estreno de este magistral sainete y extrañado de que se tuviera en tan poco a la Zarzuela, dijo: "¿Es posible que en España llamen a esto 'género chico'?".
El guión literario de "La Revoltosa", de la pluma de López Silva y Fernández Shaw, refleja fiel y vívidamente el ambiente vecinal del Madrid típico de finales del siglo XIX. Es verdaderamente una relevante obra costumbrista, todo un clásico de la literatura, que al propio Cervantes se le olvidó plasmar. En cuanto a la música, el Maestro Chapí ha creado una auténtica obra sinfónica comparable a las de los compositores de renombre. Impresiona leer la lista de las obras compuestas por Chapí. Muchos admiradores y estudiosos de su obra se preguntan cómo fue posible que un músico que vivió tan pocos años (tan solo 58 años) pudiera haber compuesto tantas y tan geniales partituras, la mayoría zarzuelas y óperas, amén de obras sinfónicas y de cámara. Tan solo de sus zarzuelas se contabilizan unas ciento treinta y ocho. Si empezó a componer a la edad de 12 años, se le estima un arduo trabajo de tres zarzuelas por año, sin contar óperas, operetas y demás números orquestales. Ni siquiera una vida de cien años daría para tan fecunda producción. El Maestro Chapí, quien desafortunadamente no es conocido por el gran público, está considerado por los críticos y eruditos musicales como uno de los talentos creadores más grandes de todas las épocas.
Ruperto Chapí Lorente, hijo de un modesto barbero que a la vez ejercía de músico aficionado, nació en Villena (Alicante) el 27 de marzo de 1851, y murió en Madrid el 25 de marzo de 1909. A los nueve años ya formaba parte de la que hoy es Banda Municipal de Villena. Compuso su primera zarzuela, "Estrella del bosque" a la edad de doce años. Cuatro años después sus padres le envían a estudiar al Conservatorio de Madrid, donde consigue el Primer Premio de fin de carrera. Para sufragar los gastos de su estancia en Madrid, Chapí trabaja como profesor de cornetín en la orquesta del Circo Price, en la que también tocaba su colega Tomás Bretón. En este lugar estrena sin éxito su primera zarzuela, "Abel y Caín". Tras casar con la madrileña Vicenta Selva Alvarez, que le dio dos hijos, logra estrenar en el Teatro Real su zarzuela "La Hija de Jefté", en 1874, y es becado para viajar a París y Roma, donde amplía estudios. A su regreso a España, se entrega por completo a la zarzuela. Detalle interesante es que Chapí fue el fundador de la Sociedad General de Autores, en 1893.
Debemos, y lo hacemos con sumo placer, dedicar también unas líneas a los libretistas de "La Revoltosa". José López Silva nació en Madrid en 1861 y murió en Buenos Aires en 1925. Estudió con los escolapios del madrileño barrio de Lavapiés. Escribió artículos y poemas costumbristas en las páginas de "Madrid Cómico", recibiendo el apoyo del escritor Vicente Blasco Ibáñez. Colaboró con diversos autores, entre ellos Carlos Arniches, en la creación de sainetes y obras teatrales. Con el gaditano Carlos Fernández Shaw escribió el libreto de "La Revoltosa", musicado por Chapí y estrenado en 1897. Después de 1915 López Silva se convirtió en empresario teatral y realizó diversas giras por países hispanoamericanos.
Carlos Fernández Shaw, co-libretista con López Silva de "La Revoltosa", nació en Cádiz en 1865 y murió en El Pardo, Madrid, en 1911. Poeta y periodista, Fernández Shaw cursó estudios en su ciudad natal. Siendo estudiante ganó varios premios de poesía. En 1883 publicó su primer poemario y poco después se trasladó a Madrid para estudiar Derecho. Fue durante dos años redactor del periódico "La Epoca", labor que abandonó para dedicarse exclusivamente a escribir obras de teatro, entre ellas la zarzuela "La Revoltosa" en colaboración con José López Silva. Su hijo, Guillermo Fernández Shaw, continuó con la tarea paterna, creando libretos de zarzuelas tan populares como "Doña Francisquita", "La Rosa del Azafrán", "Luisa Fernanda" y "La Tabernera del Puerto".
En esta lírica temporada del 2010, "La Revoltosa" es la única zarzuela con que la Delegación de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Torremolinos deleita a los amantes del género. Las tres obras restantes del ciclo lírico son las conocidas óperas "La Traviata", "Madame Butterfly" y "Lucía de Lammermoor".