Cada año aumenta su número, cada vez ocupan nuevas zonas, no paran de desplazar a especies autóctonas y además causan daño a la flora y molestias a los vecinos. Son las tristemente famosas cotorras argentinas, que no han cesado de multiplicarse en Málaga y Torremolinos desde que fueran vistas por primera vez en las inmediaciones de La Cizaña.

 

Son consideradas ‘especie exótica invasora’ tanto por el gobierno de España como por la Junta de Andalucía y su venta e importación están prohibidos. Pero se reproducen tanto y con tanta frecuencia y son tan gregarias y agresivas que, como suele decirse, “ya no se ven gorriones por la calle”. Y cada vez menos estorninos y menos mirlos, también.

 

Una medida para controlar esta plaga pasa por destruir sus nidos. Barcelona, Madrid o Mallorca lo han intentado, aunque no parece resultar muy eficaz, pues vuelven a construirlos al poco tiempo. En algunos lugares se ha combinado la destrucción de nidos con la eliminación de adultos e incluso la esterilización de huevos.

 

En Andalucía, la Junta no parece tomarse muy serio un problema que, sin embargo, puede serlo en el corto y medio plazo. Algunos Ayuntamientos, como hemos visto, sí parecen hacerlo.

 

Ahora Izquierda Unida Torremolinos, en línea con lo que ya hacen varios grupos ecologistas, ha anunciado que en el próximo pleno preguntará al equipo de gobierno si existe un censo de cotorras argentinas en Torremolinos, si se hace algún tipo de seguimiento a su crecimiento poblacional y qué medidas tiene previstas el Ayuntamiento para luchar contra ellas. “Si la respuesta es que no hay ninguna medida prevista, pues entonces habrá que tomarla”, ha comentado David Tejeiro, portavoz de la coalición de izquierdas en el consistorio.