Consensos multitudinarios ante contiendas electorales partidarias.
Llama poderosamente la atención como todas las personas que, como normalmente se dice, “deben ganarse el pan con el sudor de su frente” ven casi de la misma manera los grandes asuntos que les preocupan. Porque todas las personas precisan de atender sus necesidades y dar respuesta a sus preocupaciones. Quien no tiene familia puede tener alguna dificultad en ponerse en el lugar de aquellos que sí la tiene, aunque la inmensa totalidad de las personas, tengan o no familia, albergan un sentimiento de pertenencia a un círculo de amistades, a colectividad, a un barrio o a un pueblo o incluso considerarse hermando con todo el género humano y sentirse ciudadano del mundo. En cualquier caso, se tenga familia o no, coinciden en preocuparles grandes asuntos. Conque cada persona se mire así misma identificará aquellas necesidades vitales a las que dar respuestas colectivas. Ayuda a concretar esos asuntos una popular canción interpretada por primera vez por Cristina y los Stop en 1967: “tres cosas hay en la vida”. Que ha proporcionado título a un conjunto de artículos, el último publicado en el periódico “El País” en abril de este año. Tanto la Salud, el dinero y el amor enmarcan la afirmación contundente de Ortega y Gasset “Yo soy Yo y mis Circunstancias”, porque para conseguir y mantener cada una de las tres mucho tiene que ver la voluntad propia y también las ajenas. De las tres, que están conectadas por ese YO inevitable, las dos primeras son objeto de una acción política que las regule. La primera, la salud que hay que conectar directamente con las condiciones materiales que permiten una vida saludable. Si el cuerpo se desarrolla, se protege de la intemperie y se nutre adecuadamente, podrá dar una respuesta ante las infecciones que acechan. Los órganos internos funcionaran con eficiencia y no acumularán toxinas que les perjudiquen. Por ello al hablar de salud, el común considera necesario el disponer de condiciones que la promuevan y que la protejan de las enfermedades. También hay un general consenso en contar con un sistema sanitario que permita restablecer la salud cuando se pierde. ¿Quién no coincide en este esencial objetivo al que debe contribuir toda la sociedad? Para ello todas las personas deben aportar lo que buenamente puedan para, en conjunto, garantizar la salud de todas y todos. Y si de aportar se trata ¿Cómo se consiguen los medios para ello? Salvo un reducidísimo grupo de humanos, el común de los mortales tiene que recurrir al trabajo para conseguir la “segunda cosa” de la canción: El dinero. Recurso que permite atender las propias necesidades y aportar para afrontar las comunes de mejor forma. Y aquí toda la población que trabaja coincide en que es importante tener trabajo y no perderlo. Además, si se tiene trabajo y no se pierde, que el tiempo que se le dedique permita desarrollarse personalmente, convivir con amigos y familiares, cultivarse… y además que el salario que se reciba permita: Poder pagar el alquiler o la hipoteca. Comer y vestir. Pagar el recibo de la luz, el agua, impuestos varios. Poder afrontar algún gasto en formación, salud, cultura, del hogar, desplazamientos o incluso ocio. Sin el trabajo la autonomía de la persona no es posible. Todo el mundo, excepciones aylas, desea esa autonomía porque el principio básico de toda libertad humana reside en la capacidad para poder decidir sobre aspectos fundamentales de la vida. Y si falta un mínimo de recursos económicos, la verdad es que “vivir” cuesta la misma vida. Y no es un eufemismo, teniendo mucho que ver con el estar sano. La ecuación “trabajo> dinero> salud> = bienestar” se asume por cualquier persona sin mayores dilaciones, mostrando una unidad de sentimientos y deseos que contrasta con tanta división política. La coincidencia es plena entre las gentes porque tanto la salud como trabajo son los aspectos que reinan en las mentes de quienes están al frente de las familias, ya que son y serán esenciales en las vidas de hijas, hijos, nietas y nietos… Y más allá. Y si todas las personas somos conscientes de compartir esas necesidades ¿Por qué a estas alturas no se han resuelto? Y si deben aplicarse quienes gobiernan a garantizarlas prioritariamente ¿por qué no se unen para ello? ¿Pudiera ser que precisamente las políticas partidarias sean el principal obstáculo para hacer posible esta clamorosa unidad ciudadana en torno a estos dos asuntos? Si la política fuese el arte de hacer posible lo necesario ¿A qué viene tanta confrontación política? Trabajo para todas las personas, que permita una vida digna (también pensiones). No más desempleo, no más salarios o que no permitan una vida saludable. Sistema sanitario para todas las personas y que permita mantener y recuperar la salud. Atención médica inmediata y eficiente. Y si toda la ciudadanía, absolutamente toda, está en la línea de que eso debe estar absolutamente garantizado ¿A qué viene tanta diatriba partidaria? ¿Tanta división artificialmente construida? Es evidente que hay opiniones para todos los gustos sobre multitud de temas. especialmente en la esfera de la tercera cosa que la canción señala “el amor”, pero sobre las otras dos “Salud y dinero (trabajo) la unidad de todas las gentes de España es palmaria.
Fdo Rafael Fenoy