Nadia acaba de atravesar la puerta de acceso a la oficina del área de formación y empleo. Trae una pequeña sorpresa para compartir el desayuno con las técnicas que durante varios años vienen ayudándola en materia de formación y orientación laboral: todo un surtido de dulces y bizcochos elaborados bajo el recetario tradicional de su Marruecos natal. Es una forma de agradecimiento, pero, en realidad, significa algo más. “Cuando llegué me ayudaron desde el primer momento a encontrar un trabajo, arreglar la documentación y a todo lo que me haga falta. Pero es más que eso. Te dan una vida. Si no tienes papeles los llamo, si salen ofertas de empleo, me la mandan. No es solo trabajar, es el bienestar de las personas. No vengo solo para buscar, hacen que te sientas como en una familia”.
Albert procede de otro continente. Es venezolano. Llegó hace casi tres años y, por fin, ha logrado reagrupar a su familia en Jerez. No obstante, su vínculo con CEAin es más reciente. “Al principio pensé que esto, como lo llaman en mi país, era paja, que no era necesario. Pero, honestamente, esto te acelera el proceso de integración. Tienes roce con otras personas que viven tus experiencias de la inmigración y se produce lo que se llama inteligencia colectiva, te ayuda muchísimo. Me ha servido de integración, y es vital a la hora de buscar orientación laboral”.
“Conseguir una vivienda junto al empleo es el principal factor para que estas personas salgan adelante”, expone Francisco Morales, director de Ceaín. Y para contribuir con ese objetivo, el área de formación y empleo desarrolla su tarea desde diferentes programas en los que se aborda la capacitación profesional y la inserción laboral, que abarca no solo a personas migrantes, sino también a españoles, “en coherencia” con su razón de ser, que pasa por “atender a personas en situación vulnerable, que participan de los cursos de formación ocupacional y que siguen el itinerario completo con nosotros. Además, el proceso es mucho más enriquecedor cuando lo haces con personas de diferentes nacionalidades, porque haces una labor de sensibilización”.
Maika Piñero y Soraya Palomeque están al frente de los programas Incorpora Joven -para menores de 30 años- e Incorpora -para mayores de 30-, que, como todos los demás de este área se dedican a la orientación laboral. “Básicamente prospectamos empresas y gestionamos formaciones para personas que necesitan capacitarse para insertarse laboralmente”. Para ello, diseñan la formación en función del perfil que demanden las empresas colaboradoras -es a coste cero para ellas-, donde después realizarán las prácticas. “Prestamos un servicio gratuito y de calidad a esas empresas- subraya Morales-, a través de acciones formativas a medida, y en el 80% de los casos desemboca en una inserción laboral”.
Según constata Maika, “son personas que o abandonaron sus estudios de manera muy prematura y que se dan cuenta que no tienen forma de acceder al mercado laboral, o personas en riesgo de exclusión con perfiles muy bajos, e incluso extranjeros con estudios, pero que como no los tienen homologados es como si empezaran de cero”. Las formaciones, en las que se incentiva el trabajo “en equipo”, cumplen tres funciones: abordar las competencias transversales, la preparatoria para el mercado laboral y las prácticas, pero también abordan conceptos como la “actitud” y las competencias digitales, como recalca Soraya.
Por otra parte se encuentran los proyectos Globalemplea, destinado específicamente a personas extranjeras extracomunitarias, y Equilem, para solicitantes de protección internacional. En el caso de Globalemplea realizan un trabajo “más integral con la persona” mediante “itinerarios personalizados de inserción sociolaboral”, aunque, como señala una de sus responsables, María José Lousame, siempre con el objetivo de “mejorar la empleabilidad” de sus participantes a través de la orientación laboral y la formación, lo que se convierte asimismo en un incentivo para la posterior búsqueda de empleo.
“Fomentamos esa autonomía mediante el acompañamiento y la intermediación después de un proceso de formación que es el que les capacita y el que les acredita”. En lo que va de año, por ejemplo, han desarrollado siete formaciones que abarcan desde la hostelería, a la atención sociosanitaria, personal polivalente en supermercados y hasta un curso básico para instalación de fotovoltaicas, ante la enorme demanda de personal cualificado que hay ahora en el sector.
Y en toda esta labor, como en la del resto de la actividad de CEAin juega un papel decisivo la financiación. En este sentido, “nuestro principal financiador privado es Fundación La Caixa -apunta Francisco Morales-. Más la aportación de socios, empresas colaboradoras, donativos...”. Fondos a los que se suman los obtenidos de las administraciones públicas -Gobierno central, Junta de Andalucía-, de la mano de Andalucía Acoge, que ayudan a sostener los programas de empleo.
