Solo unos días antes de que Podemos diera un portazo y abandonara el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso, la diputada de la formación de Yolanda Díaz, a la sazón, vicepresidenta tercera de la Mesa de la Cámara Baja, negaba que las tensiones de las que informaban los cronistas en la capital del Reino fueran tan graves. La ruptura, sin embargo, se consumó y complica todavía más las difíciles relaciones de los partidos a la izquierda del PSOE.
Con las elecciones europeas en la agenda de 2024 y las elecciones gallegas y vascas a la vuelta de la esquina, en el ámbito autonómico y provincial no se esperan réplicas del terremoto político en Madrid. Podemos se integró en Por Andalucía y Juan Antonio Delgado, parlamentario, no cree que haya riesgo porque solo son cinco los diputados y “estamos de trabajo hasta arriba”.
En Cádiz, Podemos rehusó participar en las confluencias de cara a los comicios de mayo. Y le pasó factura, tal y como sostiene el coordinador general de IU, Jorge Rodríguez, quien remarca que el partido que fundó Pablo Iglesias se quedó sin concejales.
En el caso de Cádiz capital, la espantada de Podemos fue, además, escandalosa: la candidata a la Alcaldía, Marina Liberato, anunció que tendría papeleta propia, compitiendo con Adelante Izquierda Gaditana, a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación a las seis de la mañana, solo unas horas antes de que se llevara a cabo la presentación oficial de la lista.
A Adelante no le pilló de sorpresa. Las diferencias entre los de Teresa Rodríguez y Podemos se agudizaron con el pacto de Gobierno con Pedro Sánchez. Así que el partido ha iniciado una andadura en solitario que, por el momento, ha deparado discretos resultados: presencia casi testimonial en un Parlamento con mayoría absoluta del PP y la oposición allá donde consiguieron concejales. “Cooperaremos en cuestiones concretas”, dice Ana Fernández, portavoz en Cádiz, pero no habla de unidad. El resto, pese a todo, la anhelan.