“Fue un maratón de reuniones”, explicó el canciller, Antonio Patriota, en una rueda de prensa en la que resumió el contenido de las siete charlas, que incluyó contactos con autoridades de Cuba, Portugal, Corea del Sur, Palestina y Japón.
El príncipe Felipe fue el primero en entrevistarse con Rousseff en el palacio presidencial de Planalto, donde el sábado recibió la banda presidencial de manos de Luiz Inácio Lula da Silva.
Ambos repasaron las relaciones comerciales, culturales, de defensa y cooperación entre España y el país suramericano y hablaron de la política de la región iberoamericana.
Rousseff manifestó su interés en atraer las inversiones españolas y también mano de obra cualificada, que el
país necesita para impulsar sus políticas de desarrollo.
En el mismo sentido, el príncipe mostró su interés en aprovechar las oportunidades que se han abierto con la organización en Brasil de grandes eventos como el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.
El príncipe Felipe invitó a Rousseff a visitar España antes de la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Cádiz en 2012, a la que también se espera la asistencia de la mandataria brasileña.
A continuación, Rousseff recibió a su homólogo uruguayo, José Mujica, con el que acordó mantener el régimen de encuentros trimestrales que se había implantado durante el gobierno de Lula.
Los dos mandatarios hablaron de la decisión de Uruguay de adoptar el modelo de televisión digital nipo-brasileño en lugar del europeo, lo que “abrirá áreas importantes de cooperación”.
En la tercera cita del domingo, el primer ministro surcoreano, Kim Hwang-Sik, le comunicó a Rousseff el interés de su país en negociar un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, bloque del que son miembros plenos Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Esta reunión ambos países abogaron por estrechar sus lazos para llegar a un acuerdo estratégico en el área tecnológica, nuclear, petrolera y de industria naval.
Además, hablaron de la licitación del tren de alta velocidad que el Gobierno brasileño pretende construir entre Río
de Janeiro y Sao Paulo, que está prevista para el próximo abril, y en la que Corea del Sur es uno de los países que más interés ha mostrado.
Después, Rousseff se entrevistó con el primer ministro portugués, José Sócrates, con el que habló de comercio, de la crisis económica en Europa y del estrechamiento de relaciones entre los dos países lusófonos.
Sócrates, que fue la única autoridad que se dirigió a la prensa tras su cita con la mandataria brasileña , vaticinó que la “sociedad estratégica” entre Brasil y la Unión Europea (UE) “será profundizada” durante la gestión de Rousseff.
La jefa de Estado brasileña también recibió al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, quien le mostró su “satisfacción” por haber anunciado el pasado diciembre el reconocimiento del Estado palestino en sus fronteras de 1967.
Abás invitó a la mandataria brasileña a visitar Ramala “en la primera oportunidad que surja” y deseó que ambos gobiernos mantengan una colaboración estrecha.
Con el vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, Rousseff mantuvo una charla “muy amigable”, en la que repasaron varios proyectos comunes, como las obras del puerto de Mariel, en las que participan empresas brasileñas, o la asistencia que ha ofrecido el país suramericano en el cultivo de la soja.